Se encuentra de pie sobre un tablón estalla de cuerpo completo. El rostro es joven e imberbe con el cabello claro y rizado; los ojos son de cristal sin pestañas, nariz recta y labios pequeños. El cuerpo está tallado sobre la madera vistiendo falda de pliegues pintada en azul sobre estuco balnco, bajo la cual surgen los zapatos pintados de negro. Los brazos se doblan al frente gracias a las articulaciones que permiten vestirlo con ropajes sobrepuestos, las manos se unen al frente sosteniendo un crucifijo hacia el que dirige la mirada, claro atributo que lo identifica. Viste de sotana y alba como los clérigos. En las manos se observan manchas provocadas por la pérdida del encarnado, los dedos están bellamente tallados, con gran realismo y delicadeza.
Observaciones del bien mueble
Ocupa el nicho en la primera calle del segundo cuerpo del altar principal.