El óleo de la Santísima Trinidad representa la expresión prohibida por el Concilio de Trento, de tres personas iguales, diferenciadas en la túnica azul de Jesucristo, que carga la cruz; blanco el Eterno Padre con un sol en el pecho y rojo el Espíritu Santo con una paloma en el pecho. Los querubines sirven de peana. La anatomía está estilizada en su alargamiento, tratando de imitar al Greco. El marco es de época muy posterior.