Espléndida imagen barroca, de excelente talla y policromía, en la que observamos a la virgen en una sutil torsión y con un atavío de paños ampulosamente elaborados. La Nueva Eva pisa la cabeza de la serpiente, símbolo del mal, apoyándose solamente en un pié sobre la esfera universal, enmarcada por la luna. El perfecto y minucioso tallado de todos los detalles, aunado a la excelente calidad de la policromía, hacen de esta pieza una de las obras de mayor valor del acervo de éste templo.
Observaciones del bien mueble
Escultura original cuya copia (Ced. 03) se encuentra en la Sacristía del mismo templo. - Resguardada en el coro.