En la composición hay dos planos: en el segundo, se ve la representación de la última cena, donde Cristo está rodeado por los apóstoles instituyendo la eucaristía al repartir el vino y el pan. En el primer plano, un ángel da la comunión a la Virgen María, que está arrodillada frente a él y acompañada por otro ángel. La aparición milagrosa del arcángel está señalada por el banco de nubes sobre el que está parado. La figura angélica se encuentra en la tradición del siglo XVII en cuanto a que es un joven rubio y hermoso, con traje con joyas y botas abiertas también enjoyadas. Sin embargo, la forma de pintarlo está en la tradición de finales del siglo XVII, compartida con Cristóbal de Villalpando: los paños se pliegan en ondas breves, pero múltiples, utilizando el cloroscuro sobre el color local para intensificar el movimiento, que resulta más espectacular. Es que la pintura de esta época está más cerca del espectáculo que de la reflexión íntima, que era una característica del principio de siglo.
Observaciones del bien mueble
Restaurado. La pintura ha sido restaurada recientemente porque participó en la exposición Arte y Mística del Barroco, Colegio de San Ildefonso, México, D.F., 1994
