La Virgen María está arrodillada frente a un atril bajo cubierto con un paño verde, sobre el que se ve un libro abierto. Un ángel con una azucena en la mano baja del cielo volando, mientras que con un brazo levantado señala a la paloma del Espíritu Santo que aparece en el medio del borde superior de la tela. En el otro extremo del óvalo, se ve un naturalismo a la milagrosa escena. Detrás de la cabeza de María hay rayos de luz, y también luminoso es el cuerpo del ángel. Pero el ambiente general de la composición es de claroscuro.