Si esta figura hubiera estado aislada, podría haber pensado que es una versión de algún pasaje de la pasión de Cristo. Pero enfrente, y a cada lado de la ventana del coro, se encuentra otra imagen en similar postura y construcción del cuerpo, que revelan no solamente ser del mismo autor, sino formar parte de un grupo. De ahí la decisión de identificarlas como Dimas y Gestas, el buen y el mal ladrón. No están en la cruz y tampoco están articuladas, por lo tanto hay que aceptar que esta postura, con los brazos cruzados atrás del cuerpo, es la original. ¿Por qué suponer entonces que este personaje es Dimas? Porque posiblemente formaron parte de algún pasaje pasionario procesional y acompañaron a Cristo en la escena de la flagelación. Es una hipótesis. Lo interesante es ver el enorme desconocimiento del cuerpo humano que muestra el imaginero, por ejemplo en las desproporciones o en las convenciones para mostrar huesos, venas y articulaciones.
