Los atributos de este apóstol son diversos, poco constantes y por lo tanto su identificación a veces resulta errática. Desde el Renacimiento, se lo ha acompañado con una lanza, hacha o alabarda. Se lo ha representado en esta ocasión de perfil, con una cabeza de perfiles pronunciados. Lleva un libro y un hacha en las manos. En el lateral inferior derecho se ve una especie de muralla con puertas. Quizás se relacione con el último artículo del Credo, que se le atribuye, "la vida perdurable".