Aunque el encarnado original de su rostro se encuentra un poco deteriorado por repintes la escultura aun conserva elementos que muestran a un arcángel de mirada tierna y dulce sosteniendo un pescado y una especie de báculo. Algo desgastado en lo correspondiente a la capa, el resto de la vestimenta aun conserva el diseño original casi íntegro y muestra un estofado primoroso que separa a esta figura del resto de los arcángeles del retablo. Así también se debe considerar una nota distintiva la calidad de la talla, que produce un movimiento anguloso pero no duro, en la vestimenta del personaje celestial.