Probablemente de origen popular, esta pintura nos presenta a san Cayetano arrodillado en medio de un campo verde y delante de una cruz de madera de cuyos travesaños cuelgan un par de coronas (una de espinas y otra de rosas). Se evidencia la falta de proporciones en la cruz, las piernas del santo y el ramo de azucenas que sostiene en su mano izquierda. La pintura está enmarcada en un marco de madera forrado con terciopelo azul desgastado por los años, y adornado por doce estrellas plateadas.