El santo obispo de Mira, mejor conocido como de Bari, se reconoce por su tradicional representación con ancha casulla y el pectoral correspondientes a su jerarquía: es el sagrado palio que se fue acortando al paso de los siglos, hasta colgar por el centro, adornado con cruces negras. El relieve ocupa un lugar importante en el retablo, del que además es original.