Los muros bajos de la sacristía están ocupados por las cajoneras necesarias para guardar los ornamentos usados en las funciones litúrgicas. Es el lugar indicado, pues en la sacristía es donde se revisten los sacerdotes. Las cajoneras son iguales, divididas en dos partes de 6 cajones cada una. El único motivo decorativo es un recuadro de madera de un color más oscuro que el de la base.