Pintura de formato mixtilíneo que representa al Padre Eterno. De edad madura y no ancianidad como es típico representarle, ya que el cabello es castaño casi insinuando canas, lleva ambas manos sobre el pecho, vistiendo túnica azul y cubriendolo una capa roja aludiendo a la realeza y al amor que siente Dios por sus hijos, ya que este color alude principalmente a estas dos características. Detrás de la cabeza, aparece un triangulo o nimbo que simboliza el misterio de la Santísima Trinidad. El desarollo del desemvolvimiento ingrávido de la capa, hace a la composición como una obra perfecta entre el balance plástico y el discurso dentro del estilo barroco.