La imagen de la virgen de Guadalupe tiene la misma característica que deben tener esta clase de representaciones: se parece al original. La Virgen aparece ataviada con su traje característico de color rosa con dibujos de flores, el manto tachonado de estrellas, la cabeza coronada y envuelta en una mandorla de luz, como los rayos del sol. Abajo del angelillo que aparece graciosamente levantando el traje de la Virgen, se ve la inscripción Non fecit taliter omni nationi.