Retablo de cuatro columnas de fuste liso con capitel jónico en cantera, que enmarcan un nicho alargado que remata en medio punto.
Las columnas soportan un friso con motivos vegetales en dorado y una cornisa muy eleborada. Arriba de la cornisa, entre las columnas un frontón roto da paso a una nube con rayos en dorado. Esta nube simboliza a la divinidad o a Dios Padre a "quien nadie ha visto".