Desde el siglo V la Cruz se convirtió en el símbolo de la Iglesia y del Cristianismo en lugar del "crismón" o "XP" que predominó durante todo el periodo paleocristiano. Con el paso de los siglos, la iconografía de la cruz se convirtió en atributo de Crsito, símbolo religioso como desde la muerte hasta la resurrección y emblema eclesiástico. Durante la evangelización era colocada en lugares predominantes, presidía excursiones y avanzadas o era utilizada en el centro de una reunión como apoyo para la doctrina.