En realidad se trata de una antigua y monumental vitrina de estilo neoclásico, apoyada sobre un banco y un basamento de mampostería con decoración modelada en estuco, en color blanco. La vitrina tiene forma rectangular, es de madera y está cubierta con vidrieras originales en tres de sus caras; la vidriera del frente está compuesta por doce piezas de vidrio antiguo, de forma cuadrada y ensamblados sobre una estructura de metal, al parecer de hierro; el fondo de la vitrina presenta un papel tapiz decorado con flores, de manufactura antigua. Sobre la vitrina se colocó una especie de entablamento y sobre éste, una media talla del siglo XVI con la imagen del Padre Eterno.
Observaciones del bien mueble
El basamento y banco presenta faltantes decorativos; la vitrina se encuentra sucia y con desajustes menores.