En esta escena que termina en arco mixtilíneo, Jesús aparece de pie, atado de manos, vestido con túnica y flanqueado por dos soldados; frente a él y sobre un estrado, se encuentra el sacerdote Caifás, quien señala a Jesús.
Esta pintura formó parte de un retablo ya que presenta, a manera de marco, un tablero tallado y dorado, con decoración barroca.