En esta pintura San José y la Virgen toman al Niño de la mano, los tres de pie, cruzando miradas entre sí. Esta representación concuerda en algún aspecto con la que se conoce como el regreso de Egipto y que se caracteriza porque el Niño tiene entre cinco y siete años y camina por sus propios medios. Este fue uno de los modelos más exitosos en América y fue introducido mediante los grabados de Lucas Vorsterman de Oude y de Schelte á Bolwert a partir de las pinturas de Rubens.
El marco esta decorado con un remate de motivos vegetales.