Se trata de un personaje alado, de pie y vestido con túnica decorada en rojo y dorado que presenta pliegues ondulantes, mismos que dan una sensación de ligereza a los paños. Sostiene con la mano izquierda una azucena, símbolo de su salutación a la Virgen María. Es una figura con una postura que indica movimiento. La representación es idealizada y con rasgos femeninos, una encarnación muy porcelanizada en donde resaltan los frescores. Sus alas se encuentran extendidas y son de una tonalidad azul.