Se trata de la escena en la cual el arcángel Gabriel saluda a la Virgen con una rodilla al piso y una rama de azucena en la mano. La Virgen María sentada, detiene su lectura y mira hacia el arcángel mientras la paloma símbolo del Espíritu Santo desciende sobre ella un haz de luz. El medallón tiene un marco pintado de color rosa y el remate superior es una decoración de roleos. La piedra es de tonalidad un tanto amarilla y porosa. Las figuras principales sobresalen del plano, pero hay deficiencias en la representación de profundidad y espacio.
La escena representa el momento en que el ángel mensajero le anuncia a María que ha sido elegida por Dios para convertirse en la madre del Salvador. La referencia bíblica dice: "Y entrando le dijo: alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquél saludo. El ángel le dijo: no temas María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús" (Lc. 1, 28-31).
El relieve decora la parte superior de la entrada a la sacristía.