Escultura barroca de Santa Ana colocadada en el nicho del primer cuerpo de la tercera calle del retablo principal.
Talla en madera, de cuerpo entero, de pie, tiene un pie ligeramente adelatado del otro y una rodilla semiflexionada. Perdió los brazos. Viste una túnica de muchos pliegues. Sobre el vestido lleva una capa con motivos florales, sobre la cabeza lleva un velo que le cubre el cabello y por la parte de enfrente también le cubre el cuello, dejando solo el rostro descubierto.
El nombre de Ana en Hebreo, Hannah, significa gracia.
Una antigua tradición, que arranca del siglo II, atribuye los nombres San Joaquín y Santa Ana a los padres de la Santísima Virgen María. El culto a Santa Ana se introdujo ya en la Iglesia oriental en el siglo VI, y pasó a la occidental en el siglo X.
Observaciones del bien mueble
Presenta pérdida de capa pictórica y de preparación en las encarnaciones y en gran parte del manto. Le faltan los dos brazos.