Nombre del Inmueble
Inmaculada Concepción (San Francisco)
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000191
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000191
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
La consolidación de la Nueva España en la parte del Bajío donde ahora se encuentra Celaya, representó varias décadas de esfuerzos después de la caida de Tenochtitlán en 1521, debido principalmente a la presencia de grupos chichimecas, cuya agresividad y nomadismo dificultaban seriamente los intentos de pacificación y explotación del territorio por parte de los españoles. Al principio, estos emplearon una doble estrategia consistente en combatir a los chichimecas con ayuda de otros grupos indígenas ya pacificados, principalmente otomies y tarascos, al tiempo que fundaban pueblos de indios a través de los cuales se introducía un patrón de vida sedentario en la región. El siguiente paso fue el establecimiento de explotaciones agropecuarias, como las que se extendieron de Apaseo a Acámbaro. (1) Dentro esas nuevas áreas quedaba la aldea otomi de Nattahi, enmedio de llanos cubiertos por mezquites y cerca de la confluencia de los ríos Apaseo y San Miguel.
Todavia en 1570 continuaban las incursiones de bandas chichimecas y guachichiles que asolaban la region, lo que dio lugar a que el virrey don Martín Enriquez de Almanza decidiera encabezar personalmente un contingente armado para sojuzgar a estos grupos. A su paso por el poblado de Nattahi, un grupo de labradores vascos se le acerco para solicitarle que en ese lugar se fundase una villa de españoles con objeto de ampararse de los ataques de los bárbaros. El virrey respondió favorablemente el 12 de octubre del mismo año. (2)
Conforme a los deseos de los solicitantes, el poblado llevó inicialmente el nombre de Nuestra Señora de la Concepcion de Zalaya, palabra esta última que en vascuense significa: tierra llana. Asi, tres decenas de familias fundadoras se congregaron el 1º de enero de 1571 bajo un corpulento mezquite para fundar la villa y elegir el cabildo. La aldea de Nattahi quedo integrada a los suburbios del nuevo poblado como barrio indígena que todavia hoy lleva el nombre de El Zapote. Pocos años después de su fundacion, la denominacion de Zalaya se castellanizo, transformandose en Zelaya. Hasta el siglo XVIII se adopto la grafía de Celaya.
Fue el mismo virrey Enriquez de Almanza quien concedió permiso a los fransciscanos para erigir convento en la nueva villa. La orden de los Hermanos Menores había sido fundada en 1209 por el Santo de Asis, y su regla prescribía para sus miembros la pobreza, la vida mendicante y la asistencia al prójimo. Mas tarde, en 1212, apareceria la rama femenina de las clarisas, y finalmente, en 1221, la llamada Tercera Orden, que agrupaba a los Hermanos y Hermanas de la Penitencia, tambien conocidos como terciarios laicos. Los franciscanos habian llegado a la Nueva España en 1524, y al extenderse sobre el territorio fueron dividiendo su accion, primero en custodias y mas tarde en provincias. Una de estas fue la de San Pedro y San Pablo de Michoacan, a la que quedó sujeto el establecimiento de Celaya.
El testamento de uno de los primeros celayenses, Pedro Nuñez de la Roja, quien deseaba apoyar la fundacion de un colegio de religiosos anexo al establecimiento franciscano, dio lugar a principios del siglo XVII a varias iniciativas que culminaron el 15 de octubre de 1624, cuando el Papa Urbano VIII autorizo el establecimiento de un Colegio Pontificio en esa ciudad. Los primeros cursos de Gramatica y Artes se abrieron en 1638, y a un siglo de su fundacion el Colegio pudo ofrecer estudios universitarios de Retorica, Filosofia y Teologia, gracias al decreto de 1725 del virrey Juan de Acuña, Marques de Casa Fuerte. (3) Su actividad fue muy importante en el desarrollo intelectual de la region. Muchos personajes ilustres del Bajio pasaron por sus aulas hasta el termino de sus actividades en 1859, cuando se hicieron efectivas las leyes de Reforma.
2.-EMPLAZAMIENTO
El conjunto franciscano formado por el templo de la Inmaculada Concepción, el ex-convento y la capilla de la Tercera Orden de San Francisco ocupa, junto con la Catedral de Celaya, casi toda una manzana entre la calzada de Independencia, y las calles Francisco I. Madero y Morelos. El jardín público que separa en dos partes al establecimiento franciscano era parte del atrio común, y está ocupado desde los inicios del presente siglo por un elevado tanque metálico de agua potable. Su presencia rompe con cualquier posibilidad de armonía en el conjunto, y refleja el alto valor que se concedía a estos signos de progreso a principios de este siglo, cuando fue construido.
El monumento a la Patria sobre la Calzada Independencia es uno de los primeros de su género, pues se levantó en 1823 para conmemorar el segundo aniversario de la consumación de la gesta independentista. Se atribuye al arquitecto celayense Francisco Eduardo Tresguerras, y debe haber servido de modelo a otros similares en el Bajio. Sobre un zócalo octogonal ornamentado con jarrones de bronce, se apoya un plinto prismático que lleva tableros con inscripciones conmemorativas en sus cuatro caras. Más arriba se eleva una esbelta columna de fuste estriado y festonado, sobre cuyo capitel corintio, delicadamente labrado, reposa el emblema nacional del águila con las alas extendidas devorando a una serpiente y parada sobre un nopal rodeado por otros símbolos guerreros: cañones, fusiles y tambores. Por su sencillez y la mesura de su escala, el monumento refleja claramente la austeridad de las primeras manifestaciones republicanas de México, y en ese sentido contrasta con la pesantez y la relativa grandilocuecia de otro levantado hace un par de décadas en honor al Padre de la Patria, en la esquina de Independencia y Madero.
Bordean todo el trayecto de la calzada Independencia frondosos laureles podados geométricamente. Al fondo del jardín, entre el ex-convento y los anexos de la capilla de la Tercera Orden, hay una plazuela con una pequeña fuente de piedra labrada, donde aun se aprecia lo que debió haber sido el tejido urbano que originalmente rodeaba a este conjunto.
3.-HISTORIA DE LOS EDIFICIOS
Poco despues de su llegada a Celaya en 1573, siendo Provincial fray Juan de Ayora, los franciscanos comenzaron la fabrica de su establecimiento. En 1577, segun reza una placa en la portada lateral del templo principal, don Martin Ortega doña Magdalena de la Cruz donaron la imagen de la Inmaculada Concepcion. Una Relacion del padre Antonio Ponce, de 1586, refiere que el convento era pequeño, ... ibase entonces haciendo. y moraban en el cuatro religiosos. (4) Se trataba de una humilde construccion de muros de adobe con techos de vigas, a la que se agregaba un pequeño hospital, como en todos los conventos franciscanos de la epoca. Anexo al templo de la Concepcion se levantaba una capilla de los Naturales que debe haber funcionado como capilla abierta, en el mismo lugar que hoy ocupa la Catedral.
En 1618, Gaspar de Almanza, albacea encargado de cumplir la disposicion testamentaria de Pedro Nuñez de la Roja antes mencionada, dio inicio a la construccion de lo que despues seria el colegio anexo al convento. (5) De la misma epoca, segun Romero, debe haber sido la capilla que levantaron los Hermanos Terciarios. (6) Pronto, el templo principal comenzo a ser insuficiente para la creciente feligresia, por lo que el 2 de febrero 1683 se inicio su reconstruccion. Pero la obra no cobro impulso hasta que en 1715, siendo guardian fray Fernando Alonso Gonzalez, se cerraron las bovedas.(7) La eleccion del padre Gonzalez para el cargo de comisario de la orden franciscana en 1722 acelero aun mas los trabajos: el campanario se concluyo en 1725, y en 1728 el obispo de Honduras pudo bendecir el colegio universitario, si bien se dio termino a las obras hasta 1733, un año antes de la muerte del comisario benefactor. (8)
El fervor antibarroco que caracterizo el transito del siglo XVIII al XIX se ejemplifica claramente con lo ocurrido en Celaya. Uno de sus principales impulsores, Francisco Jose Eduardo Tresguerras (1759-1833), era celayense y paso por las aulas del colegio franciscano. A su tiempo, reconstruyo entre 1802 y 1807 la famosa iglesia del Carmen empleando el nuevo estilo neoclasico. En 1822, como se ha visto, ejecuto con el mismo estilo el monumento a la Patria frente al atrio. Varios autores le atribuyen la portada, la cupula y los retablos del templo de la Concepcion, los altares de la capilla de la Tercera Orden, y la capillita de la Virgen de los Dolores, entre el templo franciscano y la catedral, donde reposan sus restos. (9,10,11). Es probable que tambien algunos detalles de la catedral sean suyos. No se tienen fechas precisas de todas sus intervenciones en el conjunto, pero aparece firmando estimaciones por sus trabajos a los franciscanos en 1824. (12) Seguramente habia comenzado a substituir los retablos del conjunto en plena guerra de Independencia, pues hay documentos de 1819 donde el guardian del convento autoriza:
Que se quite en la yglesia de este dicho Colegio todos los retablos de madera, que la obscurecen y estorban... (13)
Asi, Tresguerras veia satisfecha su animosidad ante el estilo que decadas antes lo habia hecho escribir, aludiendo a lo que Enrique del Moral ha denominado recientemente sus pecados barrocos de juventud:
... mas luego que embarraba un coche de verde y colorado, que brillaba el oro de sus tallas, que campeaban unos mamarrachos a modo de monos... entonces llovian admiraciones y elogios y yo tenia que arrinconar todos mis grandes estudios o papeles y debia, coincidiendo con tanto ignorante, sacri ficar la razon y el buen gusto en obsequio de tanta y casi universal estupidez... (14)
Tresguerras concluyo los retablos de los templos de la Concepción y la Tercera Orden, pero la fachada frontal y la cupula no se terminaron sino hasta 1843, diez años después de su muerte, siendo guardia del templo el P. Mariano Sanchez.
Al sobrevenir la exclaustración de 1859, el convento fue desocupado. Para 1888 solo una parte funcionaba como escuela. Luego fue cuartel en varias ocasiones. Hasta el 17 de octubre de 1940 fue declarado Monumento Nacional, y en 1949 pasó a manos de la Secretaría de Bienes Nacionales. En la actualidad aloja dependencias de apoyo a los servicios religiosos del templo franciscano.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
Templo franciscano de la Inmaculada Concepción.
El templo asume una disposicion en forma de cruz latina con el eje longitudinal orientado de sur a norte, a lo largo del cual se suceden siete tramos. Los primeros dos estan ocupados por el coro y el sotocoro, cubiertos respectivamente por bovedas de arista y cañones con lunetos de perfil escarzano apoyados sobre impostas. Luego siguen otros tres tramos de la nave principal, también con bóvedas de arista. El cuarto tramo corresponde al crucero, donde se levantan el tambor cilíndrico y la cupula de perfil peraltado sobre los cuatro arcos torales y sus pechinas. Flanquean al crucero los brazos del transepto, también cubiertos por bóvedas de arista. El último tramo corresponde al presbiterio y también cuenta con una bóveda de este tipo. Los elementos estructurales están labrados en cantera gris. Los fustes de las pilastras, así como el intrados de los arcos fajones, llevan canaladuras que recorren su perímetro.
Hay varios locales anexos del lado izquierdo de la nave: el desplante del cubo de la torre lo ocupa la capilla de Nuestra Señora del Rayo, provisto de una bóveda de tracería; más adelante, a la altura del segundo tamo del sotocoro, hay un nártex o vestíbulo lateral cubierto con bóveda de arista. En cambio, a la altura del cuarto tramo se encuentra la capilla de los Dolores, con los restos de Tresguerras, a la que se entra directamente desde el atrio. Por último, a la altura del quinto tramo hay otra capilla mortuoria, hoy clausurada, a la que se entraba desde el brazo poniente del transepto.
Además de los altares que más adelante se describen, Tresguerras dejo en las puertas en ambos brazos del transepto sendos ejemplos de su fertil imaginación arquitectónica. Son idénticas, con vanos de medio punto, y sus marcos ostentan molduraciones, cenefas, acodos, medallones, enjutas con motivos vegetales y una cartela rectangular en tres planos con guirnaldas. De una cornisa con ovos y dentículos se alza un frontón quebrado, de trazo curvo.
El exterior del templo franciscano es mas bien severo. Los únicos elementos labrados de cantera que destacan de su volumetría de paramentos aplanados son la portada principal, la torre, la cúpula y la portada lateral.
La gran portada de Tresguerras es uno de los primeros ejemplos mexicanos en que se dispuso un nártex en forma de fachada de templo clásico. Cuatro columnas exentas de fuste liso y capitel jónico soportan un macizo entablamento sobre el que se levantan un frontón de trazo curvo y un remate. En el paramento detras de la columnata hay cuatro pilastras semejantes a las columnas y seis vanos: tres coresponden a los accesos a la nave, y los tres restantes a ventanas del coro. Solo el vano inferior central es de medio punto. Los demas son rectagulares, con dinteles en platabanda. En los extremos, entre los vanos superior e inferior, hay medallones con marcos labrados.
Para estructurar el entablamento fue necesario hacerlo funcionar como platabanda. El resto del diseño se apega más a los cánones clásicos: la arquitrabe compuesta por tres franjas lisas ligeramente escalonadas, el friso decorado libremente con medallones-símbolo de la orden franciscana, y la cornisa apoyada en molduras con ovos y dentículos. De la misma especie es el frontón curvo que se eleva sobre un resalto del entablamento que corresponde al intercolumnio central. Más arriba se aprecia un elegante remate en dos planos. En el exterior, sendos roleos parten de dos jarr ones en los extremos del entablamento y ascienden hacia un zócalo con rocalla de donde se eleva la imagen de la Inmaculada Concepción. Un poco más atras hay guirnaldas formadas por medallones que ascienden a otros dos jarrones.
La portada lateral es muy discreta, y corresponde al estilo que tuvo el templo en la primera mitad del siglo XVIII. Las jambas del vano muestran canaladuras, y el arco de medio punto, con clave resaltada, se ve recortado por las pilastras toscanas de fustes cajeados. Tales rasgos, así como las cornisas entre capiteles, y el angosto friso abultado o pulvinato son similares a la arquitectura del colegio universitario. El remate con óculo, flores de lis y figura de San Francisco corresponde a una epoca posterior. Está flanqueado por una balaustrada y su autor debe ser el mismo de la fachada de la Catedral.
El templo cuenta con un solo campanario, y su fisonomía lo emparenta con el de la parroquia franciscana de Santa María de Gracia en Acámbaro. En ambos casos, los cubos de las torres parten de robustos zócalos de piedra labrada, con adornos en forma de roleos. en el que se comenta, las aristas del cubo cuentan con cenefas de azulejo que se destacan sobre el paramento blanqueado. La torre del campanario también es de la primera mitad del siglo XVIII, consta de tres cuerpos y remate, y parte de un esterobato entre dos cornisas, con las caras decoradas con recuadros y caratulas de reloj hacia el sur y el poniente. El primer cuerpo lleva un par de vanos de medio punto por cada cara, con angostas jambas y arcos lisos, recortados por jambas toscanas cuyos fustes muestran tableros rehundidos. Encima hay un friso abultado y cornisa con resaltos. En cambio, en el segundo cuerpo se empleó una solución de jambas y arcos poligonales para los vanos, y pilastras tritóstilas de orden corintio. Finalmente, en el tercer cuerpo se optó por emplear una solución de arcos de medio punto y pilastras cajeadas similares a las del claustro. El remate es muy sencillo: un tambor octagonal soporta un cupulín recubierto de azulejo verde, naranja y amarillo, sobre el que a su vez se levanta una linternilla, con remate hemisférico y cruz de hierro forjado. En todos los cuerpos del campanario hay remates labrados en forma de flor de lis.
La cúpula de Tresguerras parte de un tambor cilíndrico perforado por ocho vanos rectangulares. Cada uno lleva marcos labrados con dinteles resueltos en forma de platabanda, y las cornisas que los protegen están soportadas por consolas, a las que era muy afecto su autor. Sobre las cornisas hay todavía remates de medallones con guirnaldas. Entre los vanos se ubican ocho pares de pilastras de orden compuesto que apoyan un entablamento con resaltos, constituído por arquitrabe angosta, ancho friso decorado con medallones y vigorosa cornisa con molduración de ovos y dentículos. Los resaltos del entablamento se prolongan en resaltos sobre el zócalo anular de la cúpula, adornado con guirnaldas. La cúpula misma, de perfil peraltado, acusa gajos resaltados que prolongan a los anteriores, reforzando así los puntos de descarga escogidos por el arquitecto. La superficie del casquete esta recubierta por azulejos que forman un intrincado diseño que incluye emblemas de la orden franciscana hacia los cuatro puntos cardinales. Un anillo en la cúspide prepara el ascenso de la linternlla de planta cuadrangular que remata el conjunto.
Ex-colegio universitario y convento franciscano.
Esta parte del conjunto era mu y extensa. El colegio universitario ocupaba la parte frontal, junto a la portada del templo de la Inmaculada Concepcion. El claustro principal está dispuesto en torno a un patio con cuatro arcadas por lado, en dos niveles, como en el caso de la torre, Pedro Rojas encuentra también semejanzas entre esta solución y la del convento de Acambaro. El comun denominador de ambas soluciones conventuales seria la influencia del barroco andaluz de principios de siglo XVIII, concretamente de la escuela de Leonardo de Figueroa, que se caracterizaba por la relativa esbeltez de la estructura soportante y el gusto por el relieve especial sobre sus componentes. Tratandose de arcadas, lo primero se conseguia recortando verticalmente el arranque de los arcos con las pilastras intermedias, y lo segundo, formando tableros rehundidos o con relieves abocelados y acanalados en las caras de pilares o pilastras, asi como en los intrados o superficies inferiores de los arcos. Rojas, siguiendo a Corbacho, designa a este tipo de trabajos como cajeado. (15)
El claustro de Celaya ilustra perfectamente esas definiciones y de paso permite admirar una de las soluciones más elegantes de su nivel apenas deja espacio para los relieves de angelitos que van en las enjutas. En el segundo, los capiteles corintios tambien llevas caras de ángeles, y en las enjutas hay conchas estilizadas. Los frisos en ambos niveles estan abultados y sobre la cornisa superior, coincidiendo con los apoyos, hay remates labrados en forma de flor de lis.
Por el exterior, el ex-colegio universitario presenta un aspecto imponente y austero. La fachada hacia el acceso por el sur forma un extenso paramento que prolonga el de la fachada del templo. Solo las partes labradas de piedra en la portería, los vanos del segundo nivel y los contrafuertes de donde emergen gárgolas con figuras de perro se destacan de las superficies aplanadas y blanqueadas. La portada del edificio refleja puntualmente el estilo de claustro, con labores de cajeado en las pilastras que flanquean tanto al vano de acceso como a los de las ventanas. Un escudo con la inscripción apropiada recuerda la importancia que tuvo esta institución educativa.
Capilla de la Tercera Orden.
Esta capilla cuenta con un atrio propio, y sigue una disposición de poniente a oriente, con planta de cruz latina. La nave, el crucero y el presbiterio ocupan cinco tramos. En el primero están el coro y el sotocoro cubiertos por bóvedas de arista, solo que la del segundo es escarzana y se apoya sobre impostas. En el segundo y tercer tramos también hay bóvedas de arista. Las pilastras y los intrados de los arcos fajones que separan cada tramo muestran canaladuras. Una cornisa labrada liga entre sí a dichos elementos. En el cuarto tramo se encuentra el crucero donde se eleva el tambor cilíndrico y la cúpula, con escasos elementos en relieve. Los brazos del transepto llevan bóvedas de arista, lo mismo que el último tramo de la nave, donde se encuentra el presbiterio.
La fachada exterior de la capilla debió haber sido muy pintoresca, pues todavía hay restos de la decoración pictórica que tuvo a base de rombos y flores. No obstante, la portada es similar por su severidad a otras partes del conjunto de la primera mitad del siglo XVIII: muestra los mismos arcos recortados, capiteles toscanos, friso abultado y cajeado en pilastras que ya se han mencionado. También en este caso hay ornamentos que hacen más amable el conjunto, como los pináculos en forma de flor de lis que flanquean la ventana del coro, y el nicho con la figura de San Luis sobre marco de acodos que remata la portada.
El campanario podría ser del siglo XVII y no tiene mayores pretensiones, a pesar de lo cual ostenta un remate muy agradable a base de pináculos en forma de flor de lis y un chapitel cónico.
La cúpula también es de la misma época, y su constructor logró apartarse de soluciones esquemáticas. Así, los cuatro vanos sobre las diagonales del tambor perforan también el arranque de la cúpula y emergen de la volumetría en forma desusada.
5.-OBRAS DE ARTE
Los altares de piedra labrada se deben a Tresguerras, y algunos confirman su legendaria inventiva. En el retablo mayor solo hay dos vitrinas al centro y dos nichos a los lados, pero la volumetria de entrantes y salientes formada por la superficie algo concava del abside, las columnas exentas jónicas y compuestas, los entablamentos con resaltos, el fronton curvo, los arcos estilizados y los jarrones de remate se encarga de darle vida y claroscuro al conjunto.
Los retablos menores siguen variantes de un mismo patron: nicho o vitrina central flanqueada por columnas exentas, y mas atras, pilastras completas o de fuste quebrado, flanqueando al motivo central y eventualmente a las figuras laterales. Los entablamentos llevan resalto en la parte central, y otros sobre las columnas. Frontones curvos y triangulares, completos y quebrados, recuadros para pinturas, medallones, escudos, cartelas, jarrones, guirnaldas, roleos y simples figuras geometricas como rombos completan el repertorio formal en piedra labrada que Tresguerras empleo aqui para oponerse al lenguaje del barroco estipite, que se expresaba en madera labrada y dorada o estofada.
Entre los elementos que vale la pena destacar individualmente se encuentran las pinturas en los retablos a la altura del cuarto y quinto tramo de la nave, que representan escenas de la vida de San Francisco, y a la Inmaculada Concepción con la Santisima Trinidad. En los retablos del cuarto tramo, ademas, hay pequeños medallones con escenas franciscanas pintadas en sepia de buena calidad.
En el presbiterio, sobre los muros laterales, tambien hay un par de pinturas con escenas de la vida de la Virgen. Aparte de eso, vale la pena apreciar las pechinas en el crucero que ayudan a los arcos torales a recibir el peso de la cupula. Por lo general, se escogen las efigies o los simbolos de los cuatro evangelistas para decorar estos elementos de soporte. Sin embargo, en este caso se pintaron al fresco, en epoca reciente, cuatro figuras femeninas correspondientes a otras tantas vigorosas heroinas del Antiguo Testamento: Ester, Judith, Debora y Jael. Su actitud beligerante va de acuerdo con el papel que la Biblia les atribuye, y coincide con la tematica de protesta que caracterizo al muralismo mexicano. Ademas, estan muy bien ejecutadas.
En el edificio conventual hay pinturas de muy buena factura. En la antesacristia hay una Adoracion de los Reyes y un Descendimiento, ambos del siglo XVIII. Tambien en los pasillos del claustro hay oleos antiguos.
En la capilla de la Tercera Orden tambien hay retablos de Tresguerras. El altar mayor era el que mas le satisfacia (16). Y ello se debe seguramente a la dosis de ingenio que tuvo que desplegar para resolverlo. En lugar de un ciprés, levantó un peristilo anular incompleto que se ramifica, al tiempo que se pliega a la curvatura de la exedra que se forma en el ábside. El espacio resultante es muy dinámico y los perfiles de las columnas con capiteles jónicos festonados, así como los cambios de dirección en los entablamentos, dan perspectivas siempre cambiantes. Los demás retablos son similares a los que están en el interior del templo de la Concepción, pero su menor escala permitió trabajar con mayor detalle algunos de los elementos decorativos. Los que están en ambos extremos de los brazos del transepto llevan grandes pinturas con escenas de la vida del Santo de Asís.
6.-REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFIA
(1)ALVAREZ, José Rogelio (editor). Enciclopedia de México. México,1978. Tomo II. p.883.
(2,4)VELASCO y Mendoza, Luis. Historia de la ciudad de Celaya. Imprenta de Manuel León Sánchez, S.A. México 1947. pp. 53 y 77.
(3,5)RODRIGUEZ, fray Vicente. (O.F.M.) La Real y Pontificia Universidad de Celaya. En Revista Paz y Bien Año 1. Celaya, 1944. pp. 48 y 47.
(6)ROMERO, José Guadalupe. Noticias para formar la historia y la estadística del Obispado de Michoacán. México, 1862. p.197.
(7,10)MUNGUIA, Cesareo. Album de la Coronación de Nuestra Señora de la Purísima Concepción de Celaya. Imprenta Guadalupana. Querétaro, 1935. p.10.
(8,15)ROJAS, Pedro Acámbaro Colonial. Estudio Histórico, Artístico e Iconográfico. Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM. México, 1967. pp.59 y 66 a 88.
(9)KATZMAN, Israel. Arquitectura del siglo XIX en México. Centro de Investigaciones Arquitectónicas. UNAM. México, 1973. p.297 a 300.
(11,14)DEL MORAL, Enrique. El hombre y la arquitectura. Ensayos y testimonios. UNAM. México, 1983. pp. 118 y 115 a 116.
(12,13)CELAYA, Archivo Parroquial de. Legajo 25-H, 5-C. Legajo 12, 445-C. Foja Nº 2.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Inmaculada Concepción (San Francisco)