Nombre del Inmueble
Nuestra Señora de Guadalupe
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000442
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000442
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
La Compañía de Jesús era una orden religiosa de muy reciente creación a fines del siglo XVI, cuando la Nueva España extendía sus territorios a las extensas regiones del norte, casi inexploradas para aquellos años. Su aprobación pontificia como instituto religioso era incluso posterior a la toma de Tenochtitlán (1540). No obstante, misioneros jesuitas marcaba la avanzada de la penetración española en la zona tarahumara en los primeros años del siglo XVII.
No fueron los primeros en intentar la evangelización de los indígenas de la región, entonces llamada la Nueva Vizcaya. Los franciscanos trabajaban aquí desde 1564 y extendían su cadena de misiones hasta el norte de Nuevo México. De este modo, una disposición de las autoridades eclesiásticas hubo de delimitar los territorios de misión para jesuitas y franciscanos.
A partir de entonces, los jesuitas tomaron a su cargo la sierra y sus vertientes más inmediatas. Partiendo del Guadiana (Durango), hacia el sur trabajaron en territorio tepehuano y entradon en contacto de inmediato con grupos tarahumares y pronto se encontraron con la Misión de la Tarahumara Baja (Huejotitlán, Balleza, San Felipe de Conchos, etc.) en pleno funcionamiento, no obstante las naturales dificultades del territorio y las sublevaciones de los habitantes del lugar que costaron, incluso, la vida de algunos de los misioneros jesuitas.
Por aquellas fechas, los tarahumaras habitaban preferentemente las ricas tierras de la vertiente oriental de la sierra hacia la parte central del actual estado de Chihuahua y los primeros agricultores y ganaderos españoles veían aquellas tierras como un primer objetivo de conquista y a sus habitantes, como la fuerza de trabajo que les produciría riquezas. De allí las continuas y sangrientas rebeliones de los tarahumaras
2.-EMPLAZAMIENTO
La actual Ciudad Guerrero es, sin duda, el principal asentamiento del occidente del estado de Chihuahua, en la región que fue conocida como la Tarahumara Alta. En alguna ocasión fue el lugar ocupado por un importante poblado tarahumara llamado Papigochi, junto al cual los españoles fundaron en 1649 la Villa Aguilar. Conservó este nombre hasta la época independiente cuando en 1826 le fue cambiado por el de la misión jesuita que funcionó durante muchos años, pasando así a Villa de la Concepción. Por fin, en 1859, se le adjudicó su nombre actual.
La población actual es una progresista y bien trazada ciudad situada cerca del extremo occidental del valle formado por el río Papigochi. Zona de gran productividad agrícola y ganadera, con excelentes vías de comunicación y un clima extremoso como el resto del estado, pero ligeramente matizado entre los existentes en el llano árido y la sierra alta.
La plaza central de la ciudad remata un eje que parte hacia el oriente con la calle de Madero y comunica con la carretera principal de acceso. De este eje hacia el norte la ciudad tiene no más de siete u ocho cuadras de manzanas bien conformadas con una alta densidad de construcción. A partir de allí, las casas se alternan con granjas y terrenos sembrados principalmente de árboles frutales y aproximadamente a trescientos metros destaca la torre del templo de Nuestra Señora de Guadalupe.
El templo tiene su fachada hacia el sur, mirando a la población y está limitado al oriente y el norte por caminos vecinales que comunican con las calles de la ciudad. Hacia el sur y el poniente se extienden algunos sembrados de manzanos.
Las relativamente pequeñas proporciones de la ciudad y la cercanía del templo al centro de la misma hacen que el templo de Nuestra Señora de Guadalupe tenga un carácter definitivamente urbano a pesar de estar en las afueras de la población.
3.-HISTORIA
La primera edificación del templo de Nuestra Señora de Guadalupe en la actual Ciudad Guerrero, así como la de los otros dos templos del lugar, la Purísima Concepción y Nuestra Señora del Refugio, presenta numerosos puntos oscuros debidos principalmente a la sucesión de trágicos acontecimientos que llenaron la segunda mitad del siglo XVII en la entonces Villa Aguilar, debidos a las guerras emprendidas por el pueblo tarahumara en contra del invasor español.
La reconstrucción de la historia de ese periodo presenta algunas dificultades debidas principalmente a que algunos de los protagonistas de ella, los misioneros de la Compañía de Jesús, tuvieron también épocas trágicas en su vida dentro del imperio español y en algunas de sus expulsiones del mismo sufrieron la pérdida de la mayor parte de sus archivos.
Con los trabajos de investigadores contemporaneos es posible tener una visión menos confusa de los acontecimientos.
Como resultado de la primera gran insurrección de los tarahumares (aplastada en 1641) se estableció el presidio militar en Villa Aguilar y se pidió la presencia de los jesuitas que para 1649 habían construido un pequeño templo hacia el norte del presidio, en el asentamiento tarahumara. Aún cuando el primer misionero jesuita, el P. Cornelio Beudin (conocido en su época como Godínez) dedicó aquella primera iglesia a la Purísima Concepción, su ubicación, descrita en antiguas relaciones, corresponde exactamente al actual templo de N. Sra. de Guadalupe que resulta así el más antiguo de la ciudad, ya que la pequeña capilla que debió tener el presidio militar, desapareció poco después en una de las sublevaciones tarahumaras, sin ser reedificada nunca.
Poco tiempo tuvo el P. Beudin para la edificación de su templo. Seguramente nunca pasó de una pequeña construcción provisional, ya que el 4 de junio de 1650, durante la segunda gran revuelta de los tarahumares, atacaron éstos a la incipiente misión matando al P. Beudin y a Fernando Vásquez, un soldado que lo acompañaba. Nada pudieron hacer en su favor los escasos soldados que defendían el presidio militar, aparte de darles sepultura en el presidio mismo.
De Parral se recibieron refuerzos y esas tropas, siguiendo órdenes del gobernador, el general Don Diego Guajardo Fajardo, obligaron a los tarahumares residentes en la villa a reedificar el templo destruido.
No tardaron los jesuitas en enviar al sustituto del P. Beudin, el P. Giacomo Basile (Basilio al castellanizar su nombre) que de inmediato procuró mejorar la misión en todos sentidos, a partir de su llegada a principios de 1651.
Pero la insurrección de los tarahumares distaba de haberse apaciguado y animados por algunos caciques, entre ellos el famoso Gabriel Tepórame, asolaron la región con mayor fuerza esta vez. El P. Basile fue avisado a tiempo del peligro que corría, pero en una carta al gobernador, le manifestó su deseo de acompañar hasta el fin a los tarahumares cristianos que estaban bajo su cuidado y a los demás habitantes de la villa. El ataque no se hizo esperar y el 3 de marzo de 1652, el misionero cayó muerto en su templo y en esta ocasión, la destrucción de la villa fue total, ya que nada quedó del enclave colonial, el presidio militar y todos sus habitantes.
Toda la parte noroccidental de la Tarahumara Alta quedó fuera del dominio español por más de veinte años, hasta 1673 en que las autoridades coloniales, con representación de los jesuitas, los tarahumares y el obispo, decidieron reestablecer la Villa Aguilar y su misión.
Algunos de los principales organizadores jesuitas de la Misión de la Tarahumara Alta pusieron a cargo de la antigua Papigochi al P. Nicolás Ferrer en 1675, quien de inmediato realizó, una vez más, los trabajos de reedificación del templo. La subsecuente época de paz condujo en poco tiempo a la construcción de un templo mayor en el centro de la población y la devoción popular dió al templo primitivo la advocación de Ntra. Sra. de Guadalupe.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El templo de Nuestra Señora de Guadalupe de ciudad Guerrero ha mantenido a través de los siglos la simplicidad de sus primeras edificaciones, ya que, como se ha visto, al ser necesario un templo mayor en la ciudad, éste se construyó en otro lugar.
De esta forma el templo presenta en la actualidad un aspecto del cual podemos fácilmente deducir sus características anteriores.
La fachada hacia el sur es un caso curioso, ya que la mayoría de los templos de la época se abrían hacia el oriente. En este caso es probable que se orientara en esta forma por la ubicación del antiguo presidio militar que se encontraba en esa dirección. Esta fachada, como todo el templo de reciente reconstrucción, mantiene un paño único a todo lo ancho, del que se eleva, en el extremo poniente, la torre. El paño central se encuentra ligeramente peraltado hacia el centro, a modo de frontón y bajo un sencillo óculo se abre la entrada enmarcada en cantera con dos pilastras con capitel que sostienen un arco de medio punto. A los lados se encuentran insertadas en el aplanado del muro dos pilastras de cantera, de evidente antigüedad, con pedestal sobre la basa y capitel rematado en un pequeño pináculo.
La planta del templo es de una sola nave sostenida por muros de carga de adobe de gran espesor y cubierta con armaduras de madera recubiertas de láminas metálicas al exterior y un falso plafón de aglutinado de madera en la parte baja. El presbiterio tiene como remate una ligera desviación hacia el centro de los muro laterales. La iluminación es proporcionada por ventanas laterales alargadas, sin ninguna ornamentación.
La fachada lateral (hacia el oriente) presenta una entrada secundaria con puerta rectangular enmarcada en cantera y una sección de moldura, del mismo material, en la parte superior. Las ventanas, hacia el exterior, están también enmarcadas en cantera, todos estos materiales resaltados simplemente sobre el aplanado de mezcla que recubre todo el exterior del templo.
La torre, de reciente factura, se eleva en dos cuerpos sobre la fachada, cada uno de los cuales tiene una luz en cada cara rematada en medio punto apoyado en una pequeña moldura de cantera. El remate presenta una pequeña cúpula de cebolla a modo de la Europa oriental, completamente original en la zona.
Hacia el poniente del presbiterio se encuentra una pequeña sacristía y habitaciones para el cuidador del templo.
Dos espacios vacíos, el primero entre la torre y la casa y el segundo de mayor extensión al frente del templo, sin ningún elemento que configure un atrio, completan el conjunto del templo.
5.-OBRAS DE ARTE
El templo de Nuestra Señora de Guadalupe de ciudad Guerrero permaneció durante siglos en una posición secundaria dentro de la organización de los servicios religiosos de la ciudad al contar ésta con un templo mayor y mejor ubicado. Esta situación unida al hecho de que desde sus primeros años el templo tuvo que soportar guerras y destrucciones completas varias veces, dió por resultado que su equipamiento, ornamentación e imaginería, fueran, hasta hace poco tiempo, prácticamente inexistentes.
Las últimas restauraciones que han dejado al templo en buenas condiciones de servicio, le han proporcionado, además, de un equipamiento e imaginería adecuados.
Destacan en primer término el altar y el atril de lecturas, de factura moderna y gran vistosidad por su acabado frontal a base de lámina de cobre martillada. La iluminación artificial está proporcionada por varios candelabros y faroles laterales de fierro forjado acabados en color negro. Los elementos de madera como bancas, puertas y ventanas están realizados en pino con un trabajo artesanal de escasa calidad.
La imaginería comprende actualmente las piezas indispensables para la realización del culto principal y el de la advocación del templo. Destacan un crucifijo grande al fondo del presbiterio, colocado junto a un cromo enmarcado de la virgen de Guadalupe. Ambas imágenes son modernas, un tanto convencionales, pero de buena calidad.
Un elemento que destaca por la calidad de su factura y cierta originalidad en su diseño es la puerta del sagrario, empotrado en el muro del fondo del presbiterio, realizada en latón con los símbolos eucarísticos en relieve.
6.-BIBLIOGRAFIA
ALMADA, Francisco R.
Diccionario de historia, geografia y biografía Chihuahuenses.
Ciudad Juárez, Chih. 1968.
ALMADA, Francisco R.
La Enciclopedia de México. Tomo 3.
México, D.F. 1980.
DECORME, Gerard, S.J.
La Obra de los Jesuitas Mexicanos durante la época colonial.
Porrúa. México, D.F. 1941.
ROCA, Paul M.
Spanish Jesuit Churches in Mexico's Tarahumara.
The University of Arizona Press.
Tucson Ariz. EUA. 1979.
PORRAS Muñoz, Guillermo.
Las luchas con los indios en la frontera.
México, 1981.
ELABORO: ALBERTO VALENCIA
FECHA: 1984.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Nuestra Señora de Guadalupe