Nombre del Inmueble
Santa Cruz
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000447
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000447
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
Hasta mediados del siglo XVI, la región predominantemente llana hacia el oriente de la Sierra Madre Occidental en lo que actualmente es el estado de Chihuahua, estaba habitada por un gran número de grupos indígenas que poseían una existencia básicamente nómada, organizados socialmente bajo el mando de pequeños cacicazgos y en frecuentes disputas territoriales entre ellos.
Aun cuando el grupo dominante en la región era el de los conchos, al grado de darle al territorio el nombre genérico de La Conchería, otros grupos habitaban la zona, como los Tapacolmes que tuvieron algún asentamiento en lo que actualmente es la ciudad de Rosales.
La llegada de los españoles se produjo en los primeros años del siglo XVII y presentó dos tendencias claramente diferenciadas. Por un lado los adelantados (personajes, casi siempre militares autorizados por el gobierno virreinal para explorar y ocupar nuevas tierras) y una gran cauda de seguidores, buscaron en la región, a falta de minas en aquel terreno llano, concesiones de tierras e indios para el trabajo de las haciendas que se iban fundando. Por su parte los misioneros franciscanos a los que se les había asignado esa zona, partieron de su convento de San Bartolomé (fundado en 1564) al establecimiento de numerosas misiones que, llegando hasta Nuevo México y Colorado, tuvieron como primer contacto con los naturales en la región a Conchos y Tapacolmes (en la misma zona habitaban en las mismas condiciones julimes, Cabezas, Chisos, Coyames, Salineros y otros muchos grupos).
La labor de los franciscanos se vió apoyada por las autoridades civiles y militares, así como por los hacendados que veían en ellos no solamente a los portadores de sus ideas religiosas, sino a unos excelentes pacificadores de los indígenas cuyo trabajo era tan necesario para sus intereses.
2.-EMPLAZAMIENTO
La ubicación definitiva de la antigua misión de la Santa Cruz de Tapacolmes quedó, como se ha indicado, a un lado de la gran hacienda que dió paso a la ciudad de Delicias, mientras que el poblado que se formó en torno a la misión es hoy Rosales.
En entorno de esta población corresponde a una de las más productivas regiones agrícolas del estado de Chihuahua. La buena tierra y los eficientes sistemas de riego, unidos a la laboriosidad de sus habitantes, propician una abundante producción de granos y frutas. La vida general de la población se encuentra de algún modo vinculada al trabajo agrícola.
Como toda la cuenca del río Conchos y sus sistemas de riego, el terreno es plano y de clima extremoso, mitigado un tanto por la humedad y la vegetación.
Las comunicaciones de Rosales con el resto del estado y el país son suficientes, ya que se encuentra a pocos kilómetros de Delicias mediante una buena carretera.
El poblado es pequeño, de traza ortogonal, ligeramente irregular, con calles de alguna amplitud debidamente urbanizado y equipado. Su formación tuvo como nucleo generador al templo de la antigua misión de la Santa Cruz, frente al que se estableció la plaza principal que lleva el nombre de Plaza de la Constitución.
El templo, desplantado según la costumbre misional hacia el oriente, está separado de la plaza por la Av. Juárez y su terreno limita al norte con la calle Durango.
En torno a la plaza se levantan algunos edificios públicos de dos niveles y casas y comercios particulares de un solo nivel.
El ambiente general de la población es de tranquilidad y laboriosidad, ya que el comercio se reduce al de abasto diario con una que otra tienda especializada pequeña debido a la cercanía de la importante ciudad de Delicias y su profuso comercio en todos los órdenes.
3.-HISTORIA
Es necesario hacer una primera distinción entre los orígenes del templo de la Santa Cruz de Tapacolmes y los de la misión a la que sirvió, ya que esta última sufrió varios cambios de ubicación en la misma zona. En un principio esta misión se encontró ligada a la de San Pedro de Conchos de la que fue visita y entonces sus orígenes podrían remontarse hasta 1629 en que se hacen las primeras menciones de San Pedro. Durante casi todo el resto del siglo XVII esta situación prevaleció hasta 1694 en que Santa Cruz, asentada en donde ahora es el Ejido Delicias, pasó a ser cabecera de la región, San Pedro incluido.
Para los primeros años del siglo XVIII, la región se encontraba en un muy diferente estado de desarrollo. La tierra, fértil y bien regada, había sido acaparada por grandes propietarios españoles y los indígenas cambiaban progresivamente su modo de vida asentándose en las grandes haciendas, muchas veces por la fuerza. Uno de los hacendados más opulentos de la época, Don Antonio de Trasviña y Retes de gran influencia en la fundación de Chihuahua, y propietario de todo el rico territorio de la actual Delicias, decidió con centrar el asentamiento indígena del lugar en las cercanías de su hacienda y donó terrenos y edificaciones para la misión en su ubicación actual (Rosales, Chih.) procediendo de inmediato a la construcción del templo siempre a cargo de los frailes franciscanos. Esta decisión permitió a la misión continuar su función de centro aglutinador de los indígenas dispersos en la zona, ya que si en principio debió su nombre al asentamiento de grupos tapacolmes (en territorio predominantemente concho), en el resto del siglo XVIII atrajo a tarahumaras, sumas, cholomes, apaches, pimas, etc. según consta en los archivos parroquiales. De los mismos archivos puede deducirse un ejemplo típico de la formación étnica de la población actual de la región y por analogía del resto del estado de Chihuahua; en 1766 había en Tapacolmes 42 españoles, 30 mulatos, 26 mestizos, 23 indios y otras castas en menor número, mientras que para 1810 permanecían los españoles con 48, los mestizos habian aumentado hasta 90 y unicamente existían 4 indios.
A diferencia de otros lugares del estado en los que las misiones fueron secularizadas durante el siglo XVIII, Santa Cruz de Tapacomes continúo a cargo de los franciscanos hasta la época independiente (1827).
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El desplante del templo de la Santa Cruz en Rosales lo sitúa a corta distancia de la acera por lo que no puede considerarse la existencia de un atrio formal sino unicamente un espacio de receso exterior en su frente. La Av. Juárez que lo separa de la plaza de la población corresponde a una época reciente del templo por lo que es probable que la plaza o parte de ella pueda haber configurado el antiguo atrio.
La construcción ha sido recientemente incorporada, casi en su totalidad, a la antigua estructura del templo primitivo tras un devastador incendio.
Con materiales modernos, concreto armado y tabique, se procuró reponer, en lo básico, el espacio del templo. De este modo, la fachada presenta un paño liso tratado a base de tabique aparente en el que s distinguen, en primer término, la portada, elaborada en cantera en la que se han incorporado piezas originales. Consta de pilastras laterales de sección rectangular con pedestal corto, basa y capitel. El fuste contiene un tablero marcado con una moldura en bajo relieve y el capitel consta de tres molduras, ornamentada la inferior. Sobre ellas corre una moldura intermedia y sobre ella una cornisa saliente sobre los capiteles. Rematan el conjunto dos jarrones similados en los extremos superiores y una cruz central.
El paño general de la fachada se extiende en forma asimétrica hacia el norte con un reloj a media altura y la torre unica desarrollada en dos cuerpos similares de planta cuadrada y dos luces en cada cara enmarcadas en aplanado y rematadas en medio punto. Entre estos dos cuerpos, rodean a la torre una serie de molduras elaboradas del mismo tabique aparente. El remate general es con una pequeña bóveda de media naranja y cruz metálica.
En las fachadas laterales y el cuerpo posterior de sacristía y servicios, se repiten los materiales y sistemas para constituir un conjunto completamente integrado.
El interior, en una sola nave, es tal vez una simplificación de la antigua planta franciscana que, de acuerdo al partido más generalizado en la región, debió tener tres naves (como San Pablo Meoqui, San Jerónimo, Santa Isabel, etc.) muy probablemente siguiendo el desarrollo hacia el frente de dos capillas laterales que, para mayor abundamiento, tienen actualmente sus altares orientados según el principal, contrariamente a lo acostumbrado en las capillas laterales de los cruceros.
La estructura de la nave es completamente convencional con trabes y losas de concreto, sin conservar rastros de la estuctura original, El presbiterio ocupa un entreje más a partir del falso transcepto y esta rematado con un ábside simulado (no participa de la estructura) con el altar tradicional, elevado varias gradas del altar litúrgico que ocupa el centro del presbiterio. A los lados de este ábside y completamente de frente a la nave, se abren dos puertas hacia la sacristía y otras dependencias que, unidas a algunos carteles con avisos impresos destruyen cualquier efecto plástico que pudiera tener el presbiterio. Tanto las puertas descritas como otras que existen en el templo y las ventanas laterales tienen el mismo diseño rematado en arco de medio punto y sin marco.
Los anexos de servicio constan de la sacristia y oficinas parroquiales hacia el sur, un gran salón de usos múltiples con otras dependencias menores en la parte posterior y una capilla en la parte posterior norte de gran arraigo en la devoción popular, ya que guarda algunos objetos del templo primitivo.
5.-OBRAS DE ARTE
La antiguedad de la misión de la Santa Cruz ha dejado un gran arraigo entre la población de Rosales. El templo modificado llena las funciones prácticas del culto religioso, pero el aspecto emotivo de la religiosidad se centra en algunos objetos conservados de otras épocas.
En primer lugar, cabe destacar las esculturas que se veneran en la capilla lateral y que corresponden a un crucifijo y una Dolorosa de tamaño poco menor que el natural, procedentes del siglo XVIII y de cierta calidad de factura en las que dominan los razgos de patetismo acentuado propios de la devoción popular en aquella época.
Es notable también la importante ubicación que guarda en el interior de la nave una pila para agua bendita, de indudable antigüedad que se tienen en una lata estima. Este objeto es de cantera labrada, colocada en una columna corta del mismo material, ornamentada en todo su conjunto de manera sobria y en un estilo rústico que contrasta con las lineas modernas del conjunto.
Desde el punto de vista artístico, la pieza que tal vez tenga la mayor importancia del acervo artístico del templo, es un óleo que se exhibe en la sacristía de 2.50 x 1.70 m, aproximadamente que representa la Asunción con varios ángeles y una serie de santos en la parte inferior. Sin firma, corresponde indudablemente a la escuela mexicana del siglo XVIII y su calidad, sin llegar a las obras maestras de aquella época, es muy aceptable.
Completan la imaginería del templo un pequeño crucifijo (80 cm.) que ocupa el sitio de honor en el altar mayor, talla de buena calidad y una serie de esculturas mayores de yeso policromado de factura reciente.
ELABORO: ALBERTO VALENCIA
FECHA: 1984.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Santa Cruz