Nombre del Inmueble
San Francisco Tercera Orden
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000624
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000624
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
La ciudad de Campeche que hoy conocemos tiene como origen un poblado maya, cuyo descubrimiento por los conquistadores relata así García Preciat: el domingo 20 de marzo de 1517, la expedición capitaneada por Francisco Hernández de Córdoba fondeo sus naves frente a una población que llamóles grademente su atención por su numeroso caserío y bello aspecto. Por ser ese día domingo de Lázaro, denominaron ese lugar Puerto de San Lázaro pero al ser interrogados los indios, sus pobladores dijeron que se llamaba Kim Pech (patrimonio o dominio de la familia Pech), y de allí que los españoles, pronunciando a su manera esa palabra, denominaron ese lugar Campeche (1). Independientemente de las diferentes versiones sobre la toponimia de la ciudad, el relato nos da viva idea de lo que fuera el Campeche prehispánico.
En 1540, Francisco de Montejo el mozo, hijo del adelantado del mismo nombre, desembarca en Champotón y se dirige a Campeche, fundando en lugar próximo al poblado indígena la Villa de San Francisco de Campeche, la cual adquiere escudo y título de ciudad el 1º de octubre de 1777, de manos del Rey de España Carlos III. Perteneció el actual estado de Campeche al territorio de la provincia de Yucatán hasta el año de 1862, en el que el Presidente Benito Juárez expidió el decreto mediante el cual se declara al Estado de Campeche libre y soberano dentro de la federación.
En el periodo transcurrido entre la fundación de Campeche y su surgimiento como estado, su historia está llena hechos y anécdotas ricas en aventura y sucesos trascendentales. Como puerto de salida de los ricos cargamentos de palo de tinte y demás productos de la región, la ciudad de Campeche progresa y despierta la codicia de filibusteros de la talla de Lorencillo, los cuales la hacen presa, a fines del siglo XVII y principios del XVIII de innumerables ataques, depredaciones y saqueos, lo que hace necesaria la construcción de fuertes, baluartes y una muralla defensiva que rodea a la ciudad dieciochesca, fortificaciones de las que aún puede admirar el visitante bellos ejemplos y restos venerables.
2.-EMPLAZAMIENTO
La ciudad y puerto de Campeche, actual capital del estado y cabecera del municipio del mismo nombre, se encuentra situada a los 19º 54' de latitud norte y a 8º 3' de longitud oriente de México. Se asienta en un valle de pequeñas dimensiones entre las colinas de la llamada Sierra Alta y el mar, lo cual le da, junto con los restos de la antigua muralla y fortificaciones, un pintoresco y singular carácter. Dentro de lo que fuera recinto amurallado, y en la manzana que conforman las calles 59 al noreste, la 14 al sureste, la 61 al suroeste y la 12 al noroeste, en la esquina formada por la primera y la última citadas y con su eje principal orientado noroeste-sureste, se encuentra el templo conocido con el diminutivo de San Francisquito, y a su lado sureste, adosado al mismo, el que fuera Convento de la Tercera Orden de los Franciscanos, fundadores de templo y convento.
Cercano a los templos de San José y de Jesús, a escasas cuatro calles de la plaza principal de la ciudad y la catedral, y con vista al mar en línea recta por la calle 59, el templo se encuentra enclavado en una zona de la ciudad rica en monumentos arquitectónicos, principalmente añejas casonas coloniales y del siglo XIX que nos hablan, al mismo tiempo de un épico pasado lleno de luchas internas y en contra de los corsarios que asolaron el puerto, de una rica tradición cultural que es sobradamente conocida como formadora de un carácter regional no sólo en Campeche, sino en toda la península de Yucatán.
3.-HISTORIA
El Templo de San Francisquito y el anexo convento de la Tercera Orden Franciscana fueron fundados por los frailes de San Francisco de Asís, primeros que llegan al territorio de Campeche a realizar su labor evangelizadora; su primera misión desembarca en Champotón en el año de 1535, pero viendo amenazada en vida por los indígenas de la región, regresan a España ese mismo año, y no es sino hasta 1546 cuando una nueva misión franciscana de la que es comisario Fray Luis de Villalpando, arriba nuevamente a Campeche; esta vez tienen éxito en su labor evangelizadora, procediendo a la fundación de diversos templos y conventos, siendo el primero de ellos el de San Francisco en las afueras de Campeche, el cual se mantiene en pie, y cuya fundación se efectúa en ese mismo año.
Según algunos autores, hacia 1654 la población de Campeche se había extendido, quedando el barrio y convento de San Francisco muy retirado del centro de ella, por lo que se solicitó al Comisario General de la Orden de los Franciscanos, Fray Juan de la Torre, que se hiciera una nueva fundación dentro de la villa. Aprobada tal solicitud, se encomendó a Fray Francisco Bueno la fundación del nuevo convento y el cuidado de la obra, a la que de inmediato se dio principio, erigiendose la iglesia y convento anexo que se conoce con el diminutivo de San Francisquito para diferenciarla del convento e iglesia de San Francisco originalmente fundados.
A esta versión que fecha la construcción en pleno siglo XVII, parece oponerse la que nos da Piña Chán, quien dice que en el siglo XVIII se terminó el baluarte de Santiago y su cortina con lo cual quedó la villa encerrada en un recinto amurallado; la plaza de armas lucía su picota y su rollo; la parroquia y capilla de Jesús Nazareno estaban practicamente terminadas; había el cuerpo de Guardia Principal y carcel; se construyó la Puerta de Tierra y tres calzadas, a la vez que se levantó la ermita o iglesia de la Tercera Orden o San Francisquito... (2).
Es posible, sin embargo, que ambas versiones sean correctas, y que la fundación y primera erección del templo se llevara a cabo en el segundo tercio del siglo XVII, según lo primeramente asentado, pudiendo continuar la obra hasta el siglo XVIII, según lo asentado por Piña Chán, o bien que, siendo modesta la primera edificación, se hiciera una mejor en esta época, hecho frecuente en los anales de las fundaciones religiosas, como lo confirma la historia del original Convento de San Francisco en la misma ciudad de Campeche.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El exterior del templo de San Francisquito impresiona a quien lo contempla por la seca sobriedad de su conjunto, no exento de grandiosidad a pesar de sus dimensiones limitadas. Acorde con el espíritu de humildad de la Orden de San Francisco de Asís, carecen sus fachadas de los motivos de ornato que son frecuentes en otros templos coetáneos del que nos ocupa. Su portada, que puede parecer desproporcionada por lo angosto de su frente en relación con la altura que alcanza, se compone por sencilla puerta enmarcada por arco de medio punto sobre sobrias pilastras con discretos capiteles y basamentos, ambos de piedra labrada con apenas asomo de molduraciones consistentes en dos finas entrecalles que recorren a estos elementos en toda su longitud. Sobre el arco, una discreta cornisa de argamasa cierra el alfiz de aplanado sin decoración, el cual se destaca apenas realzado del resto del aplanado que, perdido en parte, recubre el total de la fachada. Una ventana con derrame al exterior y capialzado, asentada sobre la cornisa, da iluminación al coro alto, mostrando al exterior sus hojas de madera y barandal torneado del mismo material.
Corona a esta fachada una bellísima y esbelta espadaña de dos cuerpos que surgen a partir de pesados remates almenados situados en los extremos del muro de fachada, de los que se elevan en suaves curvas de gran pendiente dos más, de menor tamaño, como remate del primer cuerpo, repitiéndose el esquema ascendente para formar el segundo y último cuerpo de la espadaña, al que cierran tres remates similares a los anteriores y de menor tamaño. Tres vanos para campañas con arco de medio punto rompen el macizo muro al transparente cielo, correspondiendo dos de ellos al cuerpo inferior y el tercero, de menor tamaño, al superior. Así, con elementos de gran simplicidad y resuelto el diseño con alta dosis de talento, se logró una portada de gran belleza en su sobriedad, ausente de ella todo rasgo de ostentación y lujo. De la antiguedad de ella da fe, en la base izquierda de su muro esquinero el poyo sobresaliente de piedra, elemento usado en la época de las carrozas tiradas por caballos con el fin de evitar que sus pesadas ruedas chocaran con los edificios maltratando su estructura.
La fachada lateral del templo, que ve al noreste, está constituida por un recio muro cerrado del que sobresalen macizos contrafuertes de distintos espesores; parte de estos dan idea, por su excesivo ancho y altura menor que la del templo, de formar parte de un antiguo muro de mayor espesor; de ser así, esto confirmaría el planteamiento apuntado de que el primitivo templo del siglo XVII fue sustituido en el XVIII por el que hoy conocemos. El único vano de esta fachada lo constituye una puerta lateral, en todo similar a la principal antes descrita; por último, el muro de fachada se corona con remates almenados, bien distanciados uno de otro en equilibrada distribución. En el muro lateral sureste, colindante con el exconvento, se encuentra a la altura del presbiterio otra espadaña de singular belleza, formada por dos cuerpos de gran esbeltez, con tres vanos el inferior y uno el superior y remates mixtilíneos que le dan gracioso movimiento.
El interior del templo nos muestra un reducido coro alto sobre la entrada, al que se accede desde el exconvento, así como las vigas que sustentan la bóveda franciscana de la plana techumbre, la que se corta al llegar al presbiterio por un gran arco triunfal de medio punto soportado por pilastras, continuan do la cubierta a mayor altura en el espacio correspondiente al presbiterio, siempre con el mismo sistema constructivo. Una puerta pequeña en el muro absidal da acceso a la sacristía, en tanto que dos más, situadas al centro de la nave y en el presbiterio mismo, comunican al templo con el exconvento, hoy convertido en Casa de la Cultura, para lo cual fue sometido a una adecuada labor de restauración que nos permite admirar lo que resta de este histórico monumento.
5.-OBRAS DE ARTE
Como ocurre con demasiada frecuencia con los antiguos edificios religiosos, en los que a través de los siglos han incidido luchas armadas, incuria, despojos y destrucción en aras de las modas estilísticas o caprichos de quienes debieron cuidar sus pertenencias, en el templo de San Francisquito se muestra el resultado de aquellos acontecimientos a los que ha debido enfrentar en su secular historia con el absoluto vacío de su interior.
No hay en él retablos, altares, ni rastros de las imágenes que otrora fueran veneradas por los devotos asistentes a las funciones religiosas y admiradas, seguramente, por aquellos a quienes, además del espíritu religioso, tocaran en su sensibilidad artística con la belleza de las tallas polícromas y obras pictóricas que debió poseer el templo en sus épocas de esplendor. Queda a la imaginación del visitante el ornamentar los desnudos muros con las imágenes que su mente le sugiera, y a las actuales generaciones el aprovechar estas lamentables pérdidas para adquirir la conciencia que las lleve a proteger nuestro aún rico patrimonio cultural.
6.-NOTAS Y BIBLIOGRAFIA
(1). GARCIA Preciat, José Et Al.- Catálogo de construcciones religiosas. p.9
(2).- PIÑA Chan, Román.- Campeche durante el Periodo Colonial.- p.117
GARCIA Preciat, José.- Catálogo de construcciones religiosas del Estado de Campeche.- Dirección de Bienes Nacionales. Secretaría de Hacienda y Crédito Público. sin fecha.
PIÑA Chan, Román.- Campeche durante el Periodo Colonial.- S.E.P.- I.N.A.H.-
México, 1997.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
San Francisco Tercera Orden