Nombre del Inmueble
El Sagrario (parroquia de la Asunción)
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-002897
Estado, Municipio, Localidad
Aguascalientes > Aguascalientes > Aguascalientes (010010001)
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-002897
Contenidos
1.-ANTECEDENTES E HISTORIA
En la región que llamaron los primeros españoles, Llanos de los Chichimecas se inició el control de esos grupos indígenas por medio de su repartición en grandes estancias ganaderas de los conquistadores. El descubrimiento de plata en Zacatecas por Juan de Tolosa en 1546 creó un mayor interés en la región y la necesidad inmediata de tener un camino seguro a través del actual Aguascalientes. Para contrarestar los constantes embates chichimecas se inició el asentamiento en lo que sería la ciudad en 1565, en el lugar conocido como Valle de los Romeros, paso o sitio de Aguascalientes siendo los primeros españoles en ese lugar, Alonso Avalos de Saavedra, Hernán González Berrocal, Francisco Guillén y Gaspar López (1). Para proteger el camino real, el virrey don Martín Enríquez de Almanza mandó fundar una serie de presidios (fuertes), construyéndose uno en el sitio que nos interesa, por 1570 y buscando españoles para poblarlo. Al parecer un grupo de 12 vecinos de Santa María de los Lagos van a Aguascalientes y el 22 de octubre de 1575, el representante de ellos, Juan de Montoro, se presenta ante el presidente de la Audiencia de Guadalajara, doctor don Jerónimo de Orozco, quien levanta el acta de fundación a nombre del rey Felipe II, erigiéndose así oficialmente la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas Calientes.
Fueron tiempos difíciles, con enfermedades, falta de víveres y ataques constantes de los chichimecas, quedaron sólo 16 soldados, 1 caudillo y 2 vecinos en 1584, descripción que dió un sobreviviente, Hernando Gallegos (2). En 1602 se encuentran de nuevo 12 vecinos en casas sin orden alrededor del polvoso camino real, capilla y presidio (3).
El visitador, licenciado don Gaspar de la Fuente, el 25 de octubre de 1609, dió las bases para una villa ordenada alrededor de una gran plaza de cien varas de lado donde se había iniciado ya el corazón de la futura ciudad (4). Ordenó la construcción de la iglesia en el lado sur de la plaza pero por el terreno irregular de ese lado, encontró el siguiente visitador que se había iniciado en el lado occidental. También habían construido casas al norte, Juan de Montoro y Alonso Avalos de Saavedra.
En 1629 se hace merced al nuevo párroco, don Benito de la Canal y Lamadrid, en forma de terreno al sur del atrio, para hacer allí la casa cural. Al otro lado de la acera, al sur de la plaza, compra en 1665 el entonces párroco, Lic. Pedro Rincón de Ortega unos solares para construir una casona para la familia Rincón, ligados ya con otra importante, los Gallardo, dejando allí la casa del Vínculo y Mayorazgo de la Ciénega de Mata (5).
No se sabe cuando se realizó la cárcel de adobes que estaba construida frente a la casa del Mayorazgo pero el 30 de septiembre de 1701 el capitán don José Rincón Gallardo cedió terrenos para que se construyeran junto a la casa del Mayorazgo, un Palacio Municipal y cárcel con la condición de demoler la que existía en ese momento, que afeaba la plaza. Los años de auge económico en Aguascalientes, por un notable incremento en la producción de plata durante el siglo XVIII en la Nueva España, se verá reflejado en las construcciones de la época en la plaza mayor de Aguascalientes.
En 1738 se dedicó con grandes fiestas la nueva parroquia, al lado occidental, resultado inicial del empuje del alcalde mayor, licenciado Matías de la Mota Padilla obra que terminó el nuevo párroco Manuel Colón de Larreategui. 23 años después, otro párroco, don Mateo José de Arteaga decidió construir una casa cural apropiada, puesto que la del siglo anterior estaba ya en ruinas. No se limitó a eso sino que también construyó un mesón y el Portal de Jesús, edificios cuya renta sirvieran para su manutención. Además, mandó construir la primera torre de la parroquia, la cual se dedicó el 12 de marzo de 1764.
No lejos de esta Plaza Mayor de Aguascalientes, a una cuadra, se construiría el convento de la Enseñanza, obra de doña María Ignacia Azlor y Echeverez.
Poco después, el cura Mariano Guerrero y la familia Dávalos, procurarán fundar un colegio para Niñas en Aguascalientes, tarea que se quería confiar a las Madres de la Enseñanza y que se consiguió mediante real autorización de Carlos IV el 21 de enero de 1805.
El actual palacio municipal se construyó a fines del siglo XVIII, época en que también se proyectó una columna conmemorativa a Carlos IV. Se terminó el monumento unos años después de su abdicación en Bayona ante Napoleón Bonaparte, por lo cual es colocado un busto de cantera de Fernando VII, rey español, al caer el usurpador José I en 1813.
Cuando cayó Guadalajara, capital de la Nueva Galicia, ante el ejército trigarante el 13 de junio de 1821 se fue jurando la independencia en las diversas villas y pueblos. En Aguascalientes la jura se dió el 6 de julio bajo el gobernador provisional de Zacatecas, don Valentín Gómez Farías. Días antes desapareció de la columna el busto del monarca español. El siguiente paso clave para la región es su propia independencia de la tutela de Zacatecas, cosa que logra en 1835, cuando es nombrado territorio federal por Antonio López de Santa Anna. Dos años más tarde se ordena al párroco José Ignacio Pérez a cortar el tamaño del atrio y cementerio por ser demasiado grande y descuidado, el estado ruinoso del atrio realmente afeaba el centro de la ciudad, pero hirvieron las pasiones, salen armas y es apresado el rebelde, aún así se logró que cediera el cura ante las peticiones del ayuntamiento iniciándose poco después la demolición (6). Fue por esos años en que llegó el pintor y dibujante inglés, Daniel Thomas Egerton, e hizo la muy conocida litografía de la Plaza Mayor de Aguascalientes, parece una fotografía tomada con lente gran angular por el minucioso detalle y la impresión del enorme espacio.
Se construyó una gran fuente en la base de la columna con cisnes que vertían agua en tazones con caras de perros y un acueducto para surtirlo de líquido. Seguramente también se plantaron los árboles en la plaza, todo ésto antes de mediados del siglo XIX. Por los mismos años la casa del Mayorazgo cambió de manos primero a don Pedro Oviedo que hizo allí el Mesón de la Unión en 1842 y que vendió en 1855 al ayuntamiento, que por la ley de desamortización vendió a su vez, al siguiente año, al Gobierno del Estado como residencia de los poderes locales.
Por las mismas leyes de 1856 y 1859 fue expropiada la casa cural, mesón y Portal de Jesús. A partir de una serie de problemas se demolió el portal en diciembre de 1862, edificio pero fuera de todo alineamiento con las calles. El mesón fue sede de varios organismos oficiales hasta 1882 cuando fue destruído para construír el Teatro Morelos que se estrenó el 25 de octubre de 1885 (7). En ese lugar se efectuó la Convención de Gobernadores y Generales para tratar de terminar la revolución en 1914.
En 1895 sufre más cambios la Plaza de Armas al quitar la fuente de la base de la columna quizá por falta de agua y el costo de su mantenimiento (8) ya en este siglo, los años cuarenta son importantes para la entonces Plaza de la Constitución al construirse la segunda torre de la Catedral de la Asunción, la construcción de una nueva fuente adosada a la columna en memoria del músico Manuel M. Ponce, y finalmente el inicio de la ampliación del Palacio del Gobierno, sería hasta los años sesenta que el gobernador Enrique Olivares Santana terminaría el palacio y adoquinaría la plaza.
En las páginas anteriores nos hemos percatado, en forma breve de los cambios en el entorno de la Plaza de la Constitución de Aguascalientes que sirvió como marco también el Exconvento de la Enseñanza, hoy Casa de la Cultura.
En cuanto al convento, ésta se fundó en la propiedad atrás de la entonces Parroquia de la Asunción conociéndose los antecedentes del predio desde 1625. En la mayor parte de ese siglo fueron la familia Ortega pasando en 1680 al ganadero don Miguel Martín Barragán. No se sabe cuando exactamente pero ya en 1788 don Felipe Guerrero es el propietario.
La familia Dávalos dió fondos al padre Mariano Guerrero para que se construyera el colegio y convento. Se había comprado un terreno continuo al templo de Guadalupe pero al llegar las monjas en 1807 se quedaron en la casa del cura Guerrero, permiso previamente concedido mediante escritura. En la casona se van acomodando tanto convento como el colegio, haciendo las modificaciones necesarias y por lo mismo arraigándose allí (9).
Por estas fechas también compró la familia Dávalos el primer reloj público de la ciudad, como donativo al convento, pero seguramente, como aún no se había construido el convento y por la cercanía a la parroquia lo pide el párroco de la Asunción José María Hidalgo, colocándose en dicho templo. Al quedar establecidas allí las monjas ya no se piensa en usar el otro terreno que tenían, quizá también haya sido importante la ubicación más céntrica junto a la plaza, y así se inició en 1848 la construcción de la capilla de San Ignacio o de la Enseñanza, hoy conocida como el conventito o parroquia de El Sagrario. Se dedicó dos años después con las fiestas de rigor.
A fines del siglo pasado se inició el fraccionamiento de funciones y del predio, pasando parte a ser seminario de 1886 a 1914 que por las fuerzas revolucionarias es confiscado para diversos usos. El convento es ocupado en la época del presidente Plutarco Elías Calles ante la ley anticlerical del mismo mandatario. Al fin, todo el predio original es unido alojándose allí desde septiembre de 1967 la Casa de la Cultura.
2.-EMPLAZAMIENTO
Este templo está localizado al poniente de la catedral de la ciudad de Aguascalientes, en la calle de Venustiano Carranza y cerca de la esquina con la de Galeana norte, donde se encuentra el Exconvento de la Enseñanza del cual fue capilla.
La calle en que se localiza es de las más anchas del centro histórico de la ciudad y desde la iglesia del Rosario que se encuentra en la esquina de ella con la calle de Matamoros, puede observarse una de las mejores perspectivas de la ciudad, ya que ésta tiene como remate la parte posterior de la catedral con la vista de la cúpula y las torres. Afortunadamente el entorno se conserva razonablemente completo, lo cual ayuda a que no exista contraposición entre los elementos que la componen.
La calle de Venustiano Carranza, al topar contra la catedral se bifurca en dos circulaciones laterales a ella: una con circulación de vehículos, llamada Plaza de la República, con un trazado irregular que se va ampliando al llegar a la Plaza de la Constitución, provocando anchas aceras que le dan un ambiente agradable a la fachada secundaria al norte de la catedral. La otra circulación, lateral a ésta es una agradable calle peatonal con árboles y fuentes que separan el Teatro Morelos del costado sur de la catedral.
La comunicación de la iglesia con el colegio y convento fue suprimida cuando se exclaustró a las órdenes religiosas, pero la cercanía de estos dos patios, complementan el ambiente del sitio. Esta construcción, fue muy bien adaptada y restaurada para Casa de la Cultura de Aguascalientes.
3.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
La ex-capilla de San Ignacio, del antiguo colegio y convento de la Enseñanza, ahora parroquia de la Asunción, es por su aspecto general exterior, de estilo neogótico, con la clásica distribución de las iglesias de monjas, es decir con una nave longitudinal paralela a la calle, y con su acceso localizado por un costado. Lo único que cambia en esta capilla en relación a las demás capillas similares, es que sólo tiene una portada en vez de los dos que normalmente tenían.
Esta portada, toda de cantera labrada, está centrada dentro de los tres tramos de la nave; tiene un arco apuntado flanqueado por dos haces de tres columnas muy delgadas al estilo ojival. El segundo cuerpo, separado por una gran cornisa del primero, tiene al centro una ventana circular que al frente termina en dentellones agudos formando una ventana plurilobulada, al estilo de los rosetones de las catedrales de la Edad Media; a los lados se repite el tema inferior a base de columnas y termina la fachada en una cornisa y un frontón triangular con remates piramidales muy agudos en ambos lados.
En esta capilla existen varios elementos que si no fuera porque la historia nos habla del año de 1848 como el de su construcción, nos haría remontar su ejecución a una época anterior. Por ejemplo, el gran portón de madera tallada que se encuentra en la fachada, tiene el aspecto y las características de ser una obra barroca del siglo XVIII.
En ambos lados de este acceso hay ventanas muy alargadas que se encierran en un perfil ojival y cada una por su columna central se transforma en dos ventanas con arcos trilobulados con una ventanilla de la misma forma entre ambos arcos. Arriba de estas ventanas y bajo la cornisa que remata todo el muro de la fachada, están esculpidas en cantera, hiladas de guirnaldas de hojas a la manera renacentista, lo que muestra las diversas influencias que amalgamaba la arquitectura de mediados del siglo XIX.
El resto de la fachada tiene los muros con el material irregular de la piedra expuesto, pues debe haberse quitado el aplanado protector (como se hizo en muchas iglesias a mediados de este siglo) que cubría el frente del templo, y prueba de ello son los dos tramos aplanados que quedan sobre ambas ventanas ojivales y que al no estar limitados por elementos arquitectónicos específicos demuestran que el resto de los muros llevaba igual tratamiento.
En la fachada existen otras dos puertas, una para entrar directamente a la sacristía y otra de acceso al sotocoro; ambas con grandes ventanas tetralobuladas en la parte alta. Esta segunda puerta al sotocoro es inusitada y debe haberse abierto posteriormente, pues al existir la clausura en los conventos de monjas la única entrada era a través del control del acceso al convento mismo.
Al lado izquierdo de la fachada de esta capilla existe un torreón sumamente angosto, que tiene una puerta y sobre ésta un balcón, y más arriba una ventana, todo lo cual debió pertenecer a la fábrica original, pues bajo la ventana sale uno de las diversas gárgolas en piedra por las cuales desaguaba la azotea del templo, que lleva un pretil coronado con macetones de estilo neoclásico.
En su interior la capilla se nos muestra con una planta rectangular dividida en cinco tramos: el del fondo ocupado por la sacristía, el siguiente por el presbiterio, el último por el coro y los dos intermedios por la feligresía durante los oficios.
El coro guarda afortunadamente su reja que ocultaba a las monjas de la vista de los fieles ; ésta es una reja de barrotes de fierro de diseño sumamente sobrio y casi sin ningún adorno. En la parte baja, el sotocoro fue despojado del enrejado tanto central como de aquellos de los vanos laterales, pues uno (la cratícula) servía exclusivamente para dar la comunión a las monjas a través de él. En esta zona se ha instalado la notaría de la parroquia de la catedral y en el fondo, a través de un torreón se baja del coro al sotocoro, en donde existe tapiada la comunicación de éste con la planta baja del claustro, producto de la fusión de dos patios. El sotocoro tiene una fachada hacia el interior de la iglesia formada por un ancho paso al centro, cerrado con puertas (donde iba reja) con un cerramiento plano ornamentado con un friso de dobles guirnaldas, como en la fachada principal, y en ambos lados dos arcos apuntados, todo en cantera labrada.
Es curioso observar que en el tramo de la iglesia en el cual se encuentra el acceso desde la calle, las ventanas que por fuera se ven circunscritas por un arco apuntado, por el interior están encerrados en su espacio rectangular que muerde ligeramente el arranque de las nervaduras de la bóveda, como si la fachada fuera posterior a la ejecución de la estructura del edificio. También en este mismo tramo, en el muro que queda frente a la puerta de la calle, los capiteles de las medias muestras se unen formando una gran cornisa, como para enmarcar algo en ese entreje y todo lo que existe es un pequeño altar secundario pero con puertecillas en ambos lados (usados como alacenas actualmente) que a nuestro criterio están tapiadas y servían para comunicar con un local (situado dentro de un gran engrosamiento de ese muro), el cual, por su tamaño se asemeja a aquellas en que se alojaba la escalerilla que subía por atrás hasta la vitrina o el templete del Santo Patrono, el cual podría haber estado en un retablo de madera ahora desaparecido. El engrosamiento del muro no tiene razón de ser tampoco por el lado del convento, pues se encuentra sobre uno de los pasillos del claustro. Igualmente el púlpito de cantera, de estilo barroco y con su complicado tornavoz, que más parece una corona, nos lleva a dudar sobre la fecha en que se dice se construyó la iglesia (1848), pues las diversas circunstancias mencionadas lo situarían en el siglo XVIII y no a mitad del XIX, pero la falta de más datos escritos nos deja sin poder aseverarlo.
El presbiterio al fondo de la nave, alberga un airoso y ligero altar neoclásico, ejecutado en cantera y con sus perfiles dorados. En ambos lados de éste, dos ménsulas altas sostienen imágenes de yeso probablemente del siglo XIX, bajo los cuales se abren puertas que comunican a la sacristía. Esta, a diferencia de la nave de la iglesia, está techada a base de la intersección a distinto nivel, de dos bóvedas de cañón, formando la bóveda de lunetos; en cambio el resto de la capilla, incluyendo el coro, está cubierta a base también de la intersección a escuadra de bóvedas de cañón, pero en este caso ambas al mismo nivel provocando cubiertas de arista, las cuales están remarcadas con molduras de cantera que se unen al centro en un florón desde el cual penden candiles de prismas de cristal.
Estas bóvedas se apoyan en arcos formeros embutidos en los muros longitudinales y en otros fajones perpendiculares a ellos, los cuales son recibidos por medias columnas de cantera, estriadas a toda su altura, de un original diseño en sus basamentos y en su remate, pues no tienen capiteles de tipo c onvencional ya que se amplían en grandes cornisas muy voladas.
Esta iglesia no denota mayores cambios que los anotados anteriormente, por lo que no se puede hablar de modificaciones importantes realizadas con posterioridad.
Tampoco se encontraron obras de arte muy importantes, si bien una escultura del Sagrado Corazón podría ser anterior al siglo XIX, pero una excesiva labor de restauración no permite saber su antiguedad. Hay sin embargo un Ecce Homo de las clásicas esculturas de media talla (para vestir) que por el pelo natural y aspecto parece pertenecer al siglo XVIII.
4.-BIBLIOGRAFIA Y NOTAS
1). TOPETE Del Valle, Alejandro. Aguascalientes, Guía para visitar la Ciudad y el Estado. Edición del autor, Aguascalientes, 1973. p.69-70.
2). Ibid, p.74.
3). DE LA MOTA y Escobar, Alonso. Descripción geográphica de los reynos de Galicia, Vizcaya y León. I.N.A.H, México, 1966, p.58.
4). TOPETE Del Valle, Alejandro. Plaza Mayor. Columna. Abril de 1952, p.399.
5). TOPETE Del Valle, Alejandro. Aguascalientes. Op. cit. p.18.
6). VELA Salas, José T. Historias sueltas. Edit. por el gobernador del estado.
Aguascalientes, 1979. p.107.
7). TOPETE Del Valle, Alejandro. Plaza Mayor... Op. cit. lp.83-91.
8). VELA Salas, José. Op. cit. p.31.
9). TOPETE Del Valle, Alejandro. Plaza Mayor... Op. cit. p.126.
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El Sagrario (parroquia de la Asunción)