Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-000102
Nombre del Inmueble
Nuestra Señora de Loreto
Periodo legal del inmueble
Registro Federal Inmobiliario (RFI)
9 10310 7
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XIX
Siglo de creación
Antecedentes históricos
ANTECEDENTES HISTORICOS
En el último tercio del siglo XVI la zona nororiente de la ciudad de México cercana a San Sebastián, se encontraba casi deshabitada y con muy pocas construcciones. Fue hasta la llegada de los jesuitas en 1572, quienes levantaron una primitiva capilla y establecieron un colegio en las proximidades, que paulatinamente se fue poblando. La fundación jesuita se conoció como el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo y se erigió en unos solares cedidos por el acaudalado comerciante Alonso Villaseca. La capilla de pequeñas proporciones y con techo de tejamanil fue construida en 1573 por el cacique de Tacuba, Antonio Cortés y aunque había sido dedicada a San Gregorio, los moradores de la zona la llamaron "Xacalteopan" que en nahuatl quiere decir iglesia-choza. Al colegio ingresó un considerable número de estudiantes y para 1576, aparte de la cátedra de latín, se impartían los demás estudios superiores. En 1682 el padre Juan María Salvatierra, por instrucciones de presbítero Juan N. Zapa, dirigió la construcción de un nuevo templo más sólido y mejor terminado que el anterior, donde habrían de venerarse una estupenda talla de la Virgen de Loreto y otra del niño Jesús. La obra quedó concluida en los últimos años del siglo XVII. Tiempo después en el edificio, al poniente del templo, se estableció el nuevo colegio de San Gregorio. Durante el siglo XVIII la plazuela de San Gregorio, ubicada hacia el sur enfrente del templo, cambió su nombre por el de Santa Teresa la Nueva debido al conjunto conventual que con esa advocación se edificó en su costado oriente. Entre 1739 y 1742 el arquitecto José Eduardo Herrera construyó varias casas en el flanco poniente de la plazuela. Posteriormente se sumó a este conjunto el Real Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe dedicado a la instrucción de indígenas , el cual se localizaba en la esquina nororiente de la plaza y después se convirtió en el convento de monjas conocido como de la Enseñanza Nueva. La Compañia de Jesús fue expulsada de la Nueva España cerca de 1738 motivo por el cual el templo de San Gregorio fue cerrado. La imágen de la Virgen de Loreto fue llevada al convento de la Encarnación pero al regreso de los jesuitas en 1777, la imágen retornó a su lugar de origen. El templo resintió el prolongado abandono y como el edificio no fue reparado, para fines de siglo presentaba un avanzado deterioro.
Al comenzar el siglo XIX el antiguo templo de San Gregorio fue finalmente demolido y en su lugar se construyó el actual templo de nuestra Señora de Loreto. El proyecto fue realizado conjuntamente por los arquitectos de la Academia de San Carlos, Agustín Paz e Ignacio Castera, aunque hay cronistas que asevean que también participó en el proyecto el arquitecto Manuel Tolsá. La obra fue patrocinada por el regidor de la ciudad de México, el conde Antonio de Bassoco y se comezó en 1809. El monumental templo de arquitectura neoclásica con una planta de forma singular y una cúpula de extraordinarias proporciones fue consagrado el 29 de agosto de 1816 por el obispo de Durango Juan Francisco Castañiza. En 1823, después de consumarse la independencia del país, el gobierno mexicano recién establecido tuvo algunos problemas con los jesuitas, pasando el templo de Loreto a manos del clero secular con el grado de capellanía. Al poco tiempo de construido el templo comenzó a sufrir un hundimiento considerable y todo el edificio presentaba un acusado desplomo hacia el oriente. En ese momento se at ribuyó la causa a que el muro lateral oriente se había construido con estabilidad estática. Los peritos en la materia concluyeron que no existía peligro de colapso de la estructura por su inclinación lateral, por lo que el templo fue reabierto el 2 de enro de 1850. El general Antonio de Santa Ana decretó en 1853 la devolución de los colegios de San Gregorio y de San Pedro y San Pablo, así como el templo de Loreto a los jesuitas. Sin embargo el indulto duró muy poco ya que tres años después, Ignacio Comonfort deportó nuevamente a esa orden religiosa regresando el templo al clero secular. En el siglo XIX la plaza enfrente el templo cambió su nombre por el de Loreto el cual subsiste.
El templo de Loreto siguió hundiéndose paulatinamente, de tal manera que en 1905, un estudio técnico efectuado al inmueble reportó que el hundimiento del edificio era de un metro aproximadamente en dirección al oriente. Esto motivó a que se tapiara la puerta lateral y se rellenara la nave colocándose a un nuevo piso para compensar los niveles del interior con los de la calle. Actualmente se sabe que este fenómeno es derivado de los hundimientos diferenciales de las capas arcillosas del subsuelo de la ciudad de México, producidos por la indiscrimnada extracción de agua de los mantos profundos. El problema de los desplomos en inclinaciones que presentan los edificios se debe a que éstos no se hunden uniformemente, por la existencia de vestigios constructivos tanto prehispánicos como del periodo virreinal que fueron preconsolidando las capas del terreno sobre el que se construyeron las edificaciones actualmente existentes. Cabría señalar que esa problemática no es privativa del templo de Loreto sino de casi todos los inmuebles religiosos ubicados en el centro histórico de la ciudad de México. En 1977, después de efectuar los controles técnicos habituales, se pudo constatar con precisión que el hundimiento del inmueble se encontraba estabilizado. En ese año se iniciaron las obras de restauración que el edificio requería prioritariamente. Se desprendieron los rellenos e impermeabilizantes asfálticos de las bóvedas y de la cúpula. Se consolidó la estructura de muros , arcos y bóvedas de la cubierta mediante la inyección de las grietas con morteros adicionados con expansores de volumen. A las cubiertas se les reintegraron sus capas de protección, aplicándose los procedimientos y especificaciones originales. en base a calas en los pisos del interior se determinaron los niveles originales y se retiraron los rellenos. Posteriormente se colocó un nuevo piso constituido por dos piezas de piedra de Santo Tomás pulida, dispuestas con un trazo que sugiere la proyección de la estructura para atenuar las deformaciones geométricas. Entre 1994 y 1995 el templo nuevamente fue intervenido por las grietas que presentaba la cúpula, las cuales permitían la filtración de aguas pluvuiales hacia el enterior acusándose grandes humedades en los recubrimientos y pintura mural del intradós. Aunque se dictaminaron otras intervenciones necesarias para la restauración integral del monumento, éstas no se pudieron completar por falta de presupuesto. En esa época también se restauró un cuadro dl siglo XVIII del pintor Miguel Cabrera que representa a la Sagrada Familia en la bendición de los panes. Hasta 1996 el hundimiento histórico acumulado que presenta el inmueble es de 1.60 mts. aproximadamente.
DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El templo de Nuestra Señora de Loreto es de planta con fo rma de cruz latina con la particularidad de tener un crucero con cuatro transeptos en diagonal formando exedras. El edificio está situado con el testero hacia el norte y el acceso principal hacia el sur. Su interior lo constituyen cuatro partes con su espacios claramente definidos. La primera está formada por un estrecho tramo a maneraa de nártex en cuyos extremos se localizan los accesos a las escaleras que suben por el interior de las torres hacia los campanarios. La segunda corresponde a la nave formada por dos tramos y por los hundimientos del templo nunca funcionó para la feligersía sino a manera de vestíbulo. En su muro oriente se encuentra el acceso lateral al templo y en el poniente el acceso a la capilla lateral adosada en esa parte. La tercera parte corresponde al crucero cubierto con la enorme cúpula, es donde se concentra la feligresía y a sus lados se encuentran las cuatro exedras circulares utilizadas como capillas laterales con sus respectivos altares. El último tramo lo constituyen el presbiterio con el altar mayor. En su lado oriente se encuentra la sacristía y el edificio anexo de dos plantas para las oficinas curales. Del lado poniente se encuentra un pequeño patio. La estructura del edificio es a base de muros de carga cuyas fábricas son mayoritariamente de mampostería de tezontle. La nave y el presbiterio están cubiertos por bóvedas de cañón con lunetos sobre dobles arcos fajones sustentados por pilastras pareadas. El tambor de la cúpula del crucero se desplanta sobre seis arcos torales y sus pechinas sostenidos por seis grandes pilares compuestos por haces de pilastras. Las capillas de las exedras están cubiertas por bóvedas de un cuadrante esférico. La capilla lateral poniente tiene planta de cruz griega y está techada por bóvedas y dos pequeñas cúpulas de media naranja en el crucero y en el presbiterio.
La fachada principal hacia el sur está formada por dos cuerpos, está toda toda acabada en cantera labrada y en los extremos de la parte superior se encuentran dos pequeños campanarios. Todos sus elementos compositivos pertenecen al estilo neoclásico. Ambos cuerpos están divididos en tres partes, correspondiendo el central a la portada y los laterales a las torres. En la parte central del primer cuerpo se encuentra el vano de acceso con arco de medio punto. Sus jambas están tratadas como pilastras marcando las impostas y el arco está moldurado acusando la clave en forma de voluta. Las enjutas del arco están delimitads por molduras formando un recuadro. Arriba del vano se destaca un tablero rectangular enmarcado que aloja un relieve de mármol con la Virgen de Loreto. A los lados del elemento central se encuentran pilastras pareadas con el fuste estríado de capiteles dóricos . Las partes laterales del primer cuerpo están delimitadas por el fuste almohadillado dejando entre ellas un macizo plano de donde se acusan pequeñas claraboyas circulares para iluminar el interior de las torres. Unas guirnaldas con elementos en relieve separan la parte central de las laterales. Un gran entablamento con el friso decorado con triglifos y metopas y su cornisa moldurada en voladizo separa el primer cuerpo del segundo. Al centro del segundo cuerpo se abre un vano rectangular para iluminar el coro. Sus jambas son muy sencillas y está rematado por una pequeña cornisa. El vano está flanqueado por pilastras pareadas que sostienen un pequeño entblamento sobre el cual se levanta el fronton triangulat que remata la fachada. En su tímp ano se observa al centro un ojo despidiendo resplandores en todas direcciones. Las partes laterales del segundo cuerpo repiten la distribución y tratamiento ornamental del cuerpo inferior y está rematados por los campanarios de planta cuadrada. Los vanos del campanario tienen arco de medio punto y un antepecho formado por una pequeña balaustrada. Los vanos por donde se asoman las campanas tienen a sus lados unas medias cañas con el fuste liso que sostienen un entablamento rematado por frontones triangulares. Las torres están coronadas por pequeños cupulines que remarcan sus aristas y terminan en una pequeña esfera. La parte de esta fachada que colinda hacia el poniente corresponde a la capilla y es de un solo cuerpo. en ella se observa un pequeño vano con enmarcamiento de cantera y un óculo en la parte superior.
La fachada oriente está constituida por tres partes definidas. No obstante que en lo general presentan el mismo tratamiento ornamental a base de elementos de estilo neoclásico, cada una de ellas es de cracterísticas formales diferentes. La primera parte va de la torre suroriente al muro sur del transepto oriente. El espacio al frente lo forma un pequeño atrio que daba acceso a la portada lateral del templo. Sin embargo como ésta lleva tapiada ya mucho tiempo, ahora sirve como un pequeño jardín. Está delimitado al frente con una verja con gruesos machones a manera de pilastras y una reja de hierro forjado. Al fondo se ve la cara lateral de la torre que repite la misma disposición y elementos compositivos que la de la fachada principal, pero sin las ventanillas circulares del tablero central. Ligeramente más atrás se ve el muro de la nave que aloja la portada lateral dl edificio, la cual tiene un vano rectangular con un tablero liso en la parte superior rematando por un frontón triangular. La portada está flanqueada por pilastras pareadas con el fuste almohadillado que aparentan sustentar el entablamento que corre por toda la fachada. El entablamento es del orden dórico y su friso está decorado con triglifos y metopas. En el segundo cuerpo, más bajo que el de la fachada principal aloja dos vanos sin ornamentación de profundos derrames. La segunda parte de la fachada corresponde al muro del transepto, es de un solo cuerpo, no presenta vanos y está ornamentada por dos pilastras esquineras, dos más intermedias y el mismo entablamento con la gran cornisa sobresalida. La tercera parte está formada por el edificio de dos plantas que aloja las oficinas curales y la sacristía. La planta baja acusa tres vanos rectangulares y una pilastra esquinera. La planta alta presenta otros tres vanos de ventana a eje con los de la planta inferior y con enmarcamientos de cantera. El central tiene arco de medio punto y los laterales dintel recto. Una cornisa de cantera divide los dos cuerpos y un pretil remata la fachada.
La fachada posterior norte está formada por el muro testero del ábside. Está formada por dos cuerpos con sus mamposterías de tezontle expuestas. En el primer cuerpo se ve un gran arco labrado en cantera sustentado por pilastras como si se tratara de un gran vano tapiado que comunicaba la parte posteriorr del presbiterio con un camerín para la virgen de Loreto, que nunca se construyó. El segundo cuerpo lo forma el arco formero del testero y acusa un ventana en el tímpano, con su derrame y enmarcamiento de cantera. A la derecha se ve la barda del patio poniente y a la izquierd a la fachada norte del anexo, la cual repite el mismo tr atamiento de la fachada oriente pero con dos vanos rectangulares en cada planta. Una explanada utilizada a manera de tianguis por comerciantes ambulantes cierra la manzana hacia el norte. De esta parte se destaca el exterior del enorme tambor y la grandiosa cúpula semiesférica. El tambor aloja seis grandes ventanales divididos en tres partes por medio de parteluces formados por esbeltlas columnas con capiteles compuestos. Las partes centrales del ventanal se elevan rompiendo el entablamento perimetral, tiene arcos de medio punto y están rematads alternadamente por frontones triangulars y curvos coronados al centro por acróteras. Entre cada ventanal se destacan los contrafuertes rematados por pináculos y arriba del entablamento perimetral se desarrolla una balaustrada. La cúpula acusa doce nervaduras pareadas ligeramente sobresalidas y está rematada por una pequeña linternilla que termina en una pingoreta circular coronada por una esfera y una cruz.
Los elementos compositivos y ornamentales propios de la arquitectura neoclásica imprimen al interior del templo un carácter sobrio y elegante. El estrecho vestíbulo de acceso, a manera de nártex, sustenta el coro alto y comunica con la nave a través de tres vanos con escaleras. Esto para compensar el hundimiento del edificio que presenta un diferncial cercano a los 1.60 metros aproximadamente entre el nivel de la calle y el piso de la nave. Las paredes de la nave están articuladas por pilastras pareadas de fustes estriados y capitles jónicos que sustentan el entablamento que recorre perimetralmente a todo el interior del templo. Este tiene un arquitrabe moldurado, el friso profusamente decorado dejando tableros ovales a eje con las pilastras y sobresaliendo de su parte superior una volada cornisa moldurada sobre una línes de dentículos. El colosal entablamento remata los muros y sirve de arranque a los fajones a eje con las pilastras así como a los arcos formeros laterales que conjuntamente forman el cañón con lunetos de la cubierta. Los capiteles de las pilastras y la ornamentación del friso tienen aplicaciones de bronce que contrastan con la cantera labrada de los demás elementos. Entre las pilastras se forman tableros con arcos de medio punto. Dos de ellos sirven de enmarcamiento a vanos, uno al oriente para el acceso lateral tapiado y el otro al poniente que sirve de entrada a la capilla anexa. los demás macizos ostentan sendos nichos de madera que guardan figuras de Santos. Los arcos fajones están encasetonados por el intradós acusando florones al centro y toda la bóveda se encuentra bellamente decorada con pinturas al fresco. Los tímpanos de los arcos fajones alojan en su parte media, unas ventanas con vidrieras emplomadas y su lados también se encuentran pintados.
El crucero es de forma hexagonal, dstacándose los grandes pilares formados por haces de pilastras, en cada uno de lo vértices. Los cuales soportan al entablamento y a los arcos torales. El tratamiento y orden arquitectónico de estos elementos es igual a los de la nave. Los arcos torales y las pechinas generadas entre ellos sustentan el tambor de seis lados coronado por la cúpua semiesférica que cubre todo el crucero. Hacia los transeptos laterales se abren cuatro exedras en diagonal formando capillas de planta semicircular cubiertas por cuadrantes esféricos. Cada una tiene su propio altar flanqueado por lienzos sobre la vida de San Igancio de Loyola pintados por el artista José María Vázquez en el siglo XIX. Al fondo del crucero se encuentra el presbiterio de planta rectangular con un arco de medio punto en el testero flanqueado por más pares de pilastras y su consabido entablamento. Al centro se encuentra el altar mayor de formas academistas realizado en madera tallada, que destaca en su parte media el nicho donde guarda la antigua y venerada imágen de la Virgen de Loreto. Las ventanas del tambor dejan pasar la luz a través de vitrales emplomados y entre ellos a eje con los pilares donde se observan unos nichos con arco de medio punto, pilastras a sus lados que alojan figuras de ángeles dorados. Las bóvedas de las capillas y la del presbiterio también están decoradas al fresco. Las seis pechinas del crucero presentan a profetas del antiguo testamento artísticamente pintadas. La cúpula por el intradós realza sus nervaduras pareadas con casetones y relieves y en su base también tiene pinturas decorativas. En el interior del templo se conserva importante obra artística de autores mexicanos.
Destacan un paisaje con San Ignacio de Loyola de autor anónimo del siglo XVII, un San Ciro realizado en el siglo XVIII por José Joaquín Esquivel y dos pinturas del connotado artista del siglo XVIII, Miguel Cabrera, el Tránsito de San Luis Gonzaga y la Sagrada Familia en la bendición de los panes, esta última recién restaurada en 1995. El estado de conservacicón del templo no es muy bueno ya que presenta inumerables daños, la mayoría producidos por los hundimientos diferenciales del subsuelo que han provocado grietas y fisuras en los muros y las cubiertas. La filtración de aguas pluviales a través de ellas ocasiona grandes humedades que han deteriodado gran parte de las pinturas al fresco por el desprendimiento de los enlucidos de la cúpula y demás cubiertas.
Planta arquitectónica (original)
Cruz Latina
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
San Ildefonso
Número y/o identificador de la vialidad o calle
80
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
Centro
Código Postal
N/A
Otra localización
Centro Histórico
Tipo de uso del inmueble
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Sin Identificar