Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-000731
Nombre del Inmueble
Santa Martha (El Sagrario)
Periodo legal del inmueble
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XVI-XVIII
Siglo de creación
Antecedentes históricos
Inicialmente se le denominó Capilla y Hospital de Santa Martha y la Asunción, posteriormente Templo de las Monjas; luego Santuario de Nuestra Señora de la Salud y hoy simplemente se le llama El Sagrario.
El hospital de Santa Martha y la Asunción, fué fundado por D. Vasco de Quiroga entre los años de 1536 y 1540 quedando hospital y capilla teniendo como patrona a una imagen de pasta de caña fabricada por un indígena converso denominada Nuestra Señora de la Salud.
D. Vasco dotó a este hospital de la exención de tributos y dotación de indulgencias igual que al de la Concepción de México, según informa Carmen Venegas. Como muchos hospitales en 1582 estaba en decadencia, no obstante el culto a la Virgen adquiría cada vez más adeptos. En 1589 los indios de Pátzcuaro le donaron tierras y bienes para su manutención.
"...En 1601 el Obispo fray Baltazar Covarrubias autorizó a los indígenas del barrio del Salvador de erigir un Altar del Descendimiento y que saliese una peregrinación todos los años en Viernes Santo por la noche... nos dicen Esperanza Ramírez y los Apuntes Históricos de la Ciudad, costumbre que aún se practica con la procesión de los Cristos.
En 1691 el cura Juan Meléndez Carreño inició el Santuario sobre los cimientos que se habían iniciado a construir desde 1603 pero que por carencia de recursos no se había aún erigido ya que el primitivo edificio de adobe había colapsado. Los recursos para continuar fueron aportados por el esfuerzo de Fray Andrés de Burgos y Fray Francisco Lerín quienes recorrieron el territorio para captar fondos, continúandose los trabajos con la aportación de este último en 1696, concluyéndose el templo dedicado por el cura Eugenio Ponce de León a Nuestra Señora la Virgen de la Salud; mientras que el hospital en el más completo abandono terminó por destruirse quedando algunos vestigios diseminados por el caserío y el resto sirvió para reedificar el convento de las religiosas Catarinas, bajo la iniciativa de la beatita de Pátzcuaro D. Josefa de Nuestra Señora de la Salud y Gallegos, apoyada por doña Manuela de Izaguirre y Soria y su esposo D. Pedro Antonio de Ibarra Sangotita y el Regidor Andrés de Burgos. D. Manuel Toussaint nos dice que se escrituró la fundación el 13 de abril de 1742, lográndose que el edificio religioso que estaba a cargo de los indígenas fuera donado a las monjas, siempre y cuando se les permitiera continuar asistiendo a practicar el culto cuando lo requiriesen. El padre José Antonio de León autorizó la cesión con anuencia del rey Felipe V que le fué solicitada por el Obispo D. Francisco Pablo Mathos Coronado; así, en 1743 D. Pedro Guacuja y Mendoza, gobernador de la república de Indios de la Cd. de Pátzcuaro, mediante la colecta entre las casas nobles de la ciudad por cuota obligatoria ayudó a fundar el convento alrededor del templo de Virgen de la Salud.
Las religiosas provenientes de Valladolid llegaron en 1747, tomando posesión del convento la madre María de Santo Tomás y de los Dolores, de manos del canónigo Vallisoletano y Vicario general D. Bernardo Romano en representación del nuevo Obispo Sr. Martín Elizacoechea.
En 1754 la portada del monasterio daba según D. Manuel Toussaint a la calle de Portugal, ese mismo año el Sr. Jerónimo Zuloaga, Sargento Mayor de Pátzcuaro, costeó la capilla del Rosario de la iglesia y amplió el convento.
En 1845 se renovó el Santuario a la manera Neoclásica y solo 10 años después fué allanado por las tropas de Nemecio García, Francisco Carrillo y Manuel Ruíz, no obstante siguió funcionando hasta la exclaustración. En 1868 estaba tan deteriorado que amenazaba ruina, en 1870 el ayuntamiento instaló tubería de desagüe a la fuente del convento para evitar que siguiera saliendo hacia la calle. La secularización ordenada por la ley Lerdo en tiempos de Juárez, lo utilizó como sede en 1873 presentándose el jefe de Hacienda para efectuar la desamortización de bienes enajenándose a favor de particulares, adjudicándose el predio del convento al Sr Feliciano Vidales.
En 1874, a fín de que el templo diera mayor servicio al pueblo se comunicó con el coro bajo y se le dio salida al atrio mediante dos puertas, a pesar de la agresividad de las leyes contra los claustrales, las monjas que se habían refugiado en casas particulares regresaron a su monasterio, que estaba tan dañado que requirió de una restauración en todo lo alto, misma que fué financiada por el Obispo D. José Ignacio Arciga, quién no solo arreglo el edificio, sino que lo dotó de todo lo necesario para el culto consiguiendo además la autorización papal para la coronación de la Virgen de la Salud, siguió funcionando hasta 1932, en que la persecución religiosa del general Calles asignó al claustro a viviendas.
En 1908 fué traslada la Virgen de la Salud a la parroquia ocupando su lugar la Virgen del Rosario. En 1955 después de tres años de lucha por la recuperación del edificio, logró reconstruirse convirtiéndose el Claustro en la casa de los once patios, o de las Artesanías, y el templo continuó abierto al culto.
La fachada originalmente estaba ubicada de Norte a Sur hacia la calle de Portugal, pero al donarse a las religiosas se tapió para crear el coro bajo y se creó el patio principal en donde está el atrio que se redujo con un pasillo de acceso hacia el Norte y la breve escalinata al Oriente que se alineó al nuevo acceso a la nave.
El atrio quedó conformado como un polígono irregular de piso embaldosado con una barda ahuecada con arcos y coronada por almenas que enmarcan los accesos con dos portadas en medio punto. La antigua fachada quedó tapiada, sobresaliendo solo el imafronte con una ventana elíptica de marco moldurado y clave de acanto bajo un frontón cornisado con una cruz en medio de dos almenas.
Las torres son iguales construidas de mampostería recubiertas con enjarre y encaladas, desplantan sobre un ancho cubo cuadrado, rematado en una cornisa de la que surge el primer cuerpo más angosto, de jambas en tablero, impostas y extradós acanalados; sobre una cornisa se apoya el segundo cuerpo, es de planta octagonal, en cada una de sus caras está un vano de medio punto, se refuerzan las esquinas con medias pilastras sobre las que una cornisa similar a las anteriores soporta una media naranja con cruz de cantera en el vértice.
El acceso actual se remodeló en la etapa neoclásica, está en la parte central de la nave junto a un espléndido acceso de arco mixtilíneo de molduras acanaladas sobre jambas entableradas y fuste toscano que forma parte del acceso a la casa canongial.
Es una portada de arco de medio punto de extradós acanalado sobre impostas con el signo de María Regina en la clave, flanqueado por pilastras tableradas sobre jambas lisas que suben rebasando el dintel para rematar en un capitel toscano que soporta un entablamento de friso sin decorar, con dos ánforas sobre la cornisa y un óculo de marco moldurado en la parte central.
El acceso al público que se abrió en lo que fué el coro bajo en 1784 cuenta con doble entrada de arcos de medio punto con extradós moldurado a los que les adaptaron dinteles formando puertas rectangulares inscritas, enmarcadas por columnas toscanas de fuste liso que soportan un entablamento de frontón trunco y una cruz en la parte superior.
La nave, de planta rectangular y ábside poligonal muestra por el exterior amplios contrafuertes que rematan en el pretil, de finos arcos de medio punto que conforman una cornisa acanalada rematada en ánforas con perillones; el acabado con enjarre y pintura a la cal ondulante por haber sido hecho sin plomo y regla presenta uno de los más bellos rincones de la ciudad; por el interior la nave creció al agregarse el coro, recubre los muros de piedra de aplanado y pintura azul, la bóveda se pintó imitando sillarejo aparente, fué construida en cañón con arco triunfal y media naranja en el presbiterio caso nada común en Pátzcuaro por su alta sismicidad. Dos arcos intermedios dividen la nave en cuerpos notándose la falta de uno de ellos en el tramo central y otro en el presbiterio, desplantan de pilastras toscanas que soportan una cornisa que sirve de arranque a la bóveda.
Al coro se ingresa por una escalera intramuros y se ilumina por el óculo de la fachada, ha perdido sus características monjiles de reja y cratículas quedando sólo dividido por un simple barandal tras el que se oculta el órgano neoclásico.
El piso es de madera en recuadros sobre tablero de damero, de buena talla.
El presbiterio decorado con un altar de seis columnas de capitel compuesto con entablamento moldurado que rodea el ciprés, tiene dos portadas laterales, presenta también el acceso al camarín de la Virgen al que se llega por una escalera bajo el ciprés, éste último de planta exagonal con seis columnas corintias soportando un entablamento de friso decorado y cúpula peraltada con una cruz en la cúspide es de cantera rosa sobredorada en molduras y decoración. En su interior esta la Virgen del Rosario, talla del siglo XVIII apoyada en peana de plata labrada, que suple a la Virgen de la Salud.
En el tramo frente al presbiterio están dos retablos neoclásicos hechos también con cantera rosa y dorada de un solo cuerpo y una calle conformada por pares de columnas de capitel compuesto y entablamento moldurado de friso ornamentado sobre cuya cornisa surge el imafronte mixtilíneo.
La Capilla de la Soledad ocupa el siguiente cuerpo de la nave a la cual se ingresa por una portada neoclásica con reja de hierro, en su interior está el único retablo estofado de estilo barroco churriguera del siglo XVIII que sobrevivió en la ciudad los iconoclastas movimientos del siglo pasado y de éste. Ocupa el muro testero, se conforma de tres calles enmarcadas por pilastras estípites sobrepuestas que apenas definen un segundo cuerpo en la calle central donde la Virgen de la Soledad ocupa el fanal en saledizo, rodeada de los lienzos de la familia mariana pintada al óleo y enmarcados en óvalos colocados por pares en cada una de las calles laterales. Remata en una amplia venera semicircular que cubre el tímpano del muro.
El espacio se cubre con bóveda de cúpula con luneto en la entrada y sobre el altar, desplantada de tambor exagonal horadado con cuatro vanos rectangulares sobre pechinas y cúpula de gajos con nervaduras. Dos marcos de cantera mixtilíneos muestran las imágenes de una monja y un monje ubicados bajo los dos arcos que conforman las pechinas.
A los lados del presbiterio, la sacristía y otro espacio rectangular que comunica a la casa cural están techados con vigas, flanqueando el camarín de la Virgen.
El Camarín, este lugar construído para el rito de vestir a la Virgen ocupa la parte posterior del ábside, es un espacio rectangular con cúpula al centro y bóvedas de luneto a los lados, cuatro pilastras dóricas estriadas soportan cuatro arcos sobre los que se apoya un tambor cilíndrico con vanos rectangulares reforzado al exterior por pilastras y cornisa sobre la que desplanta el casquete de media naranja con linternilla en la cúspide, hecha de vanos en medio punto con jambas tableradas y capitel que soportan el entablamento toscano. Está cubierta por un cupulín semiesférico rematado por una cruz.
En el testero se encuentra un retablo neoclásico con Santa Teresa, en el paramento oeste está la reja colonial que comunicaba hacia el antiguo hospital de Santa Martha, cuyo portal da actualmente a la calle de Lerín, que cortó ostensiblemente el enorme convento. Los muros conservan vestigios de pintura al falso fresco representando flores y guirnaldas, en el pasillo aún se encuentra el rodapié de azulejo poblano; el piso es de barro marcándose el acceso a la cripta por dos pesadas argollas de hierro forjado.
Pocos bienes artísticos se conservan de lo que debió ser la riqueza del convento que llegó a albergar sesenta monjas con sus respectivas dotes, entre sus posesiones se encontraba la hacienda de las Palmas que en 1761 arrendaban el pueblo de Puácuaro en 70 pesos; de los pocos lienzos que quedan vemos el de La Virgen de Pópolo, el Señor Mueve Corazones, de origen carmelita; La Virgen del Rosario en escultura así como la de los Dolores; y el púlpito del siglo XIX.
La casa cural se distribuye en crujías porticadas alrededor de un patio trapezoidal cuyo acceso es a través del atrio. La estructura es de madera, las vigas al estilo patzcuarense se apoyan en vigas de arrastre sobre pilares de cantera y cubierta de teja.
Planta arquitectónica (original)
Una Nave
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Lenin esquina Portugal
Número y/o identificador de la vialidad o calle
N/A
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
N/A
Código Postal
61600
Otra localización
Pátzcuaro
Tipo de uso del inmueble
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Sin Identificar