Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-001767
Nombre del Inmueble
San Mateo Apóstol
Periodo legal del inmueble
Registro Federal Inmobiliario (RFI)
16 8299 2
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XVI
Siglo de creación
Antecedentes históricos
En el diccionario tarasco de fray Maturino Gilberti a mediados del siglo XVI, aparece la palabra "irimbu" que significa corcovado o jorobado, o sea "lugar de los corcovados o jorobados", posiblmente debido a que "...donde estuvo el asentamiento prehispánico original, existen dos cerros, antiguos conos volcánicos, que poseen joroba en su parte superior..., en la actualidad se llaman "La Gloria y la Cuz", para los tarascos los volcanes eran considerados recintos o moradas del viejo dios del fuego Curicaveri... Entre los de habla náhuatl Huehuetéotl,... y se le representaba como un viejo con un brasero a sus espaldas...".
Es probable que junto a sus pueblos cercanos pertenecieran a la encomienda de Maravatío según Warrean, Cortés la otorgó a Ocaño o Catanio, aunque por discrepancias entre ellos pasó a manos de Pedro Juárez. Algunos autores entre ellos Rivera Cambas afirman que fue encomendado al conquistador Don Juan Velázquez de Salazar. Es probable que después de 1550 pasara a manos de la corona, ya que en la recaudación de tributos de 1553 aparece en esa situación.
La evangelización fue bastante temprana, se considera que entre 1530 y 1550 los franciscanos hicieron la primera congregación, fundando un hospital, así como una iglesia bajo la advocación de San Mateo Apóstol, en lo que era considerado pueblo de indígenas. A pesar de iniciar como fundación franciscana, para fines de siglo, ya estaba en manos de los seglares, erigiéndose en curato independiente y se entrego al clero diocesano.
Las múltiples agresiones por invasión de las tierras de cultivo de los hacendados asentados en los alrededores propiciaron las quejas de los indios, cuyos litigios aparecen en el segundo tercio del siglo XVI, exigiendo que no se perjudique el usufructo de terrenos comunales, tal fue el caso contra Tomás de Fonseca.
El último tercio del siglo XVI fue de un auge para Irimbo que alcanzó un notable desarrollo por ser paso obligado hacia Maravatío y Valladolid, desde el centro minero de Tlalpujahua. En 1517 eran tributarios de Maravatío y para 1580 estaban adscritos al Gobierno de la República de indios de ese lugar. Es probable que entre 1585 se fundara la parroquia, pues en ese año el cura de Maravatío se trasladó a Irimbo.
En 1528 Don Martín Cerón de Saavedra hizo otra congregación del pueblo, estuvo como traductor Pérz de Baca y varios indios principales hicieron la declaración de que el ganado de los estancieros con mercedes de tierras en las vecindades de Irimbo "...se comían sus sementeras, por lo cual se han ido y despoblado muchos naturales de dicho pueblo..."cuando Don Martín llegó, el lugar contaba con "...una iglesia grande enmaderada con vigas, razonable retablo, buenas casas el beneficiado, comunidad y casa del hospital enmaderado, las casas de los indios son de adobe, cubiertas de paja...". A fines del siglo en el pueblo casi no había "... españoles avencindados, ya que habitaban en sus fincas, todos acudían a Irimbo a recibir doctrina y escuchar misa...".
La parroquia a principios del siglo XVII formaba parte de los itinerarios obispales, lo que indicaba su importancia "...a fines del siglo fue demolido el templo dado el estado ruinoso en que se encontraba; riniciándose con mucha lentitud los trabajos...".
En 1731 deslindaron Irimbo y Maravatío sus jurisdicciones, ya que taximaroa, Tuxpan y Zitácuaro eran atendidos por franciscanos; para "...1766 el párroco pedía al Obispo Sánchez de Tagle su intervención para continuar la construcción del nuevo edificio [que] a pesar de contar con la ayuda de los feligreses no era posible emprender la obra..." y la capilla del Hospital resultaba insuficiente.
En el siglo XIX la cercana población de Angangueo adquiría auge por la explotación minera y los curas de Irimbo se fueron a radicar al sitio llevándose el archivo parroquial [1829-1869]. En el inter, la situación del clero ante la reforma provocó qur los diezmos se redujeran al grado de ser insuficientes para el mantenimiento de la parroquia; a pesar de eso entre 1845 y 1855, se reparó la iglesia ya que en 1850 un rayo destrozó la parte superior de la cúpula, organizándose autoridades y vecinos con recursos recopilados por el clero para lograrlo, puesto que las comunidades dependientes negaron su apoyo alegando estar muy pobres.
A raíz de las leyes de Reforma, se registró por la Secretaría en la cédula de Identificación de Bienes Nacionalizados fechada en 1897 dice: "...Superficie 34 m 88 cm... linda al pte. con la plaza ppal...una anexidad: la sacristía ...[a cargo] del clero seglar... valor de 1500.00...".
En 1922 se indica que cuenta con "...una extensión superficial de 205.39 mt.2...valor estmativo 1000.00...conservación en estado medio...". En abril de ese mismo año, el presidente municipal informa que "...la casa que sirve para curato...está anexa y tiene comunicación con el templo...estando registrada en la oficina de Rentas...a nombre de los sres. Vidal Merlos Avila, Félix Gonzalez y Jesús García...".
En 1927 se entregó el inmueble a la Federal de Hacienda con un inventario de 15 piezas, aclarando que la casa cural era de particulares.
En 1932 el anexo fue entregado por el Municipio a Hacienda se describe así: "...el anexo...consta de 4 piezas, un corredor y un escusado destinada una pieza como sacristía con comunicación...al templo, otra como notaría...archivo parroquial... y dos piezas útiles restantes para el curato..." el inmueble estaba a cargo de una Junta Vecinal."...que se perjudicó por un rayo debido a los torrenciales aguaceros... y produjo fisuras en la cúpula...que se está goteando...". El actual conjunto consta de atrio, nave con su torre, coro y sacristía de la casa cural.
El atrio, es un amplio espacio delimitado por una barda de piedra aparente cortada por pilastras con reja en su mitad superior. Tiene tres accesos enmarcados por pilastras con ánforas en la parte superior. El piso es de piedra con escasa vegetación; tres escalones sirven de vestíbulo a la fachada, ésta última es plana recubierta con sillarejo y portada de cantera tallada; con arco de acceso de medio punto flanqueado con dobles pilastras tableradas de mala factura que soportan un friso neoclásico bajo una cornisa en saledizo sobre la que se ubica el vano del coro remarcado por dos pilastras a eje de las inferiores a cuyos extremos desplantan almenas planimétricas de diseño ecléctico. Otra cornisa moldurada remata el segundo cuerpo que contiene una hornacina de medio punto con un San Marcos fuera de escala en su interior. El paramento está recubierto en sillarejo de piezas cuadradas y se delimita terminando en un frontón de corte mixtilíneo irregular rematado en una cruz colocada en el vértice que se ve extaño al carecer de cornisa.
El nicho de arco y medio punto de extradós moldurado está apoyado sobre capiteles toscanos y pilastras lisas que desplantan de basas cortas denotando una mala factura durante una remodelación mal ejecutada.
La torre es de tres cuerpos, esbelta en compar ación de las que se construyen en la entidad, la base es alta y delgada con el acceso al frente, al cual se llega a través de una escalinata, gruesos muros de piedra aparente le sirven de refuerzo, en la parte posterior una escalera adosada hecha es éste mismo material conduce al coro. Delgadas cornisas separan los cuerpos de planta cuadrada con impostas corrida que reducen su tamaño en sentido ascendente; vanos de medio punto en cada una de sus caras albergan las campanas. El cuerpo superior es cuadrado y se divide en dos partes, en la inferior se ubica un reloj; remata en un cupulin apuntado con su cruz en la cuspide y almenas de desplante, recientemente se aplanó y pintó de color blanco todo el elemento.
La nave es de planta rasa, con el presbiterio más angosto separado por un arco de medio punto que se repite dividiendo las bóvedas de arista que cubren el espacio interior quedando éste dividido en varios cuerpos. Una cúpula sencilla substituye a la que colapsó con el rayo, es de tambor bajo de reducidos vanos con arco rebajado y una media naranja como remate. Los muros están aparentes al exterior en piedra y mezcla de tierra y aplanados por el interior con decoracción de ascendencia neoclásica. Esbeltos arcos botareles soportan el paramento lateral colocados para desaguar las bóvedas que substituyen la antigua cubierta de madera.
En el muro absidal se encuentra en altar ecléctico con la imágen del patrón y un nicho inferior que alberga a San Antonio. Sobre el acceso se encuentra el coro cubierto con una bóveda de arista el cual desplanta sobre el sotocoro cuya cubierta tiene la misma solución constructiva. En los muros laterales se ubican altares de mala factura, a excepción de uno neoclásico de buena calidad que queda de frente al acceso lateral de la nave que comunicaba al antiguo curato del que fue despojado el templo en la etapa agraria.
Los anexos parroquiales son de concreto y tabique, su diseño y factura rompe la imágen vatusta de la nave, que pese a las desacertadas intervenciones rige con dignidad el espacio urbano.
Planta arquitectónica (original)
Una Nave
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Jardín Juárez
Número y/o identificador de la vialidad o calle
N/A
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
N/A
Código Postal
61280
Otra localización
Irimbo
Tipo de uso del inmueble
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Sin Identificar