Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-002624
Nombre del Inmueble
La Asunción de María
Periodo legal del inmueble
Registro Federal Inmobiliario (RFI)
16 9525 7
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XVI
Siglo de creación
Antecedentes históricos
Este pueblo es anterior a la conquista española y parece que era barrio o dependencia de Chucandirán, población inmediata y de más importancia, convertida en nuestros días en una ranchería de poco interés.
Sobre la etimología de su nombre, a fines del siglo XVI, se dieron dos versiones: una de 1579 en que se dijo: "...se solía llamar Tenguendín... porque estaba poblado junto a un cerro alto, pelado, sin montes" y la otra de 1581, en que se asienta: "Dingüindín, quiere decir: pájaro pelado de la cabeza y sin plumas". Su clima se describe así: "no hace frío ni calor, ni muy húmedo ni seco".
En tiempos de su gentilidad rendían culto a ídolos "de piedra labrada y figuradas y les ofrecían incienso y oro y mantas de algodón y plumas y otras muchas cosas de comida". Estaban sujetos al imperio purépecha cuya lengua hablaban y se ocupaban "en hacer obras servibles de los campos, y los más, en servir de soldados al Rey en las guerras que tenían muy continuas contra las provincias de México". Pagaban sus tributos al Caltzontzin según su oficio: los comerciantes con "piedras de mucho valor y precio" y todos los demás con "oro y plata y cobre". Sus casas eran, en la mayor parte de adobe "y otras de piedra, y otras de cañas de maíz y palos, a manera de cabañas y cubiertas de madera y paja larga que se coge en estos campos". Estos indios se alimentaban con tortillas, tamales y carnes de venado y puerco montés. Además, comían frijoles, ratones, langosta, calabazas, chile "y otras muchas sabandijas ponzoñosas de víboras que cría la tierra".
Tingüindín fue conquistado por el capitán Cristóbal de Olid y a partir de esa fecha visten y comen mejor. Los que iban a la guerra "desnudos en carnes", ahora escribe don Gonzalo Galván, "Corregidor de su Majestad por dicho pueblo" visten "con mantas de algodón y muchos de ellos, en especie los principales y mercaderes, de palos de Castilla y andan muchos en hábito de españoles". Se alimentan con "buenas comidas de carnero y vaca y tocino y aves, con pan de Castilla, y hortalizas de nabos, coles, lechugas y otras demás cosas que vinieron de España".
Ya para el último tercio del siglo XVI se hacía en Tingüindín un comercio regular. Acudían a él indios y españoles de los pueblos y estancias vecinos. Se vendía de dos maneras: por dinero o por trueque, encontrándose en el "tianguis", que solía ser los domingos, añil, maíz, trigo, frijol, seda, algodón, sal, gallinas, cal, chile, legumbres, carnes de res y cerdo, queso, frutas, ganado mayor y menor, caballos, burros, mulas, etc. No faltaban también en este "tianguis" lo que salía de las artesanías, establecidas por don Vasco de Quiroga en otros pueblos, como sombreros, sarapes, rebozos, fajas, mantas, objetos de cobre y barro, sillas de montar, espuelas, frenos, aparejos, reatas, bateas, cucharas de madera, cedazos "y otras mercaderías de la tierra".
Ya cuando se repartieron las primeras "mercedes y caballerías de tierra" a los españoles que después fundaron Cotija, era Tingüindín Corregimiento y le pertenecían: CARIJO, SANTUMBO, CICUICHO, QUERENDA, PAMATAQUARO, CHARA, TOCUMBO, TACAZQUARO, ZUNBIMITO, CARAPA, HURETIRO Y XACURIPO. Además, todas las estancias para ganado mayor y menor que, "en términos" de esos lugares se iban estableciendo. Chucandirán con Tarecuato, Patamban, Peribán y "sus pueblos sujetos", eran de la jurisdicción del Corregimiento -y después Alcaldía Mayor- de Jiquilpan.
Tingüindín, desde la conquista española, fue de "los pueblos de i ndios de Nueva España pertenecientes a la Corona Real". Tal vez por eso, juntamente con Tacátzcuaro, se le segregó de la "encomienda" que por poco tiempo tuvo el conquistador don Antón Caycedo. Ya para enero de 1560, conforme una relación de la Visita de Céspedes, se dice para que se anote en el Libro de su Majestad, que "Tenguendín y Tacuascuaro, Provincia de Mechuacan, están tasados en dinero, maíz, que vale quinientos pesos".
Fray Juan de San Miguel fue el primer misionero que llegó a Tingüindín y a él se debió la construcción del primitivo templo. Este era de adobe y su cubierta de madera y paja. Se cuenta que fray Jacobo de Dacia consumó la obra por éste iniciada en forma tan brillante, que ya cuando don Vasco de Quiroga, primer obispo de Michoacán, erigió la parroquia entregándola a un sacerdote secular, se pudo disponer de una comunidad cristiana muy bien catequizada y fervorosa. Este mismo santo obispo "mandó fundar en este dicho pueblo un hospital para recoger y curar a los pobres". Como lo hiciera fray Juan de San Miguel años después en Patamban, dióles a los católicos de Tingüindín por Celestial Patrona a la Santísima Virgen María, bajo la advocación de su gloriosa Asunción en cuerpo y Alma a los cielos.
Fue el pueblo de Tingüindín "visita" de la Doctrina de Tarecuato, hasta que entre 1555 y 1560 se le erigió en sede parroquial. El Ilmo. Sr. Lic. Don Vasco de Quiroga le concedió esta gracia y aparece que el sacerdote del clero secular don Hernando de Alvarado fue su primer párroco. Le sucedió en este cargo el "beneficiado Felipe Ayala". En 1592 se pedía al obispo de Michoacán se le cambiara a otra parte, "por ser mayor de edad y no poder visitar con frecuencia los pueblos". Pertenecían a la parroquia de Tingüindín, a donde debían ocurrir "a la doctrina e misa los pueblos y barrios siguientes: Caropo, Guachambo, San Juan, Querendani, Ciquicho, Xandunban, Uretereo, Tacazquaro, Tocumbo y San Cristóbal" lo mismo que "otros barrizuelos pequeños".
Tingüindín en la división política territorial de la Nueva España fue, primero, "corregimiento" y, después, "agregado" de la Alcaldía Mayor de Jiquilpan.
Esto es lo que se encuentra, en el siglo XVI, de verdadera HISTORIA sobre Tingüindín. Otras cosas son sabrosas leyendas, como las que escribió el Sr. Lic. D. Eduardo Ruíz.
"En cuanto al camposanto que ocupaba el atrio actual del templo, y lo que ahora son casas, frente a la entrada principal del mismo inmueble, fue cambiado el lugar en que actualmente se encuentra al ponerse en vigor las Leyes de Reforma, poco después del año de 1857.
Del día 20 de enero de 1872, hasta el 24 de junio de 1902, fue cura párroco de Tingüindín el Pbro. Agustín Cacho; él acometió de lleno, no precisamente la reparación del templo; sino propiamente la nueva construcción del actual, pues solamente utilizó del que se había incendiado, al lugar en que había estado edificado.
Personalmente hizo el trazo del nuevo, con buenas medidas y desde luego con mayor extensión en el tiempo anterior.
Trabajó hasta el año de 1902, en que ya anciano dejó las atenciones del curato, sin haberlo visto terminado. Al dejar el curato el Pbro. Agustín Cacho, fue nombrado el 1 de julio de 1902 y hasta septiembre 21 de 1913, el Pbro. José Ma. Sánchez, quien continuó la tarea que se había emprendido.
Principiaron cambiando los techos por bóvedas de mampostería y alcanzaron a dejar terminando el anillo donde descansa la cúpula central, y dieron también un paso m uy en firme al dejar terminada la fachada principal del templo, totalmente construido de cantera. La fecha se grabó en el frontis, como de la conclusión de estas obras, fue el año de 1907.
El 10 de noviembre de 1913, vino a desempeñar el curato el padre Ignacio Custodio, S. J., a quien se le debe la construcción de uno de los altares de cantera, en uno de los cruceros y el principio, mas o menos la mitad del altar frontero.
En el año de 1918 vino al curato el Pbro. Manuel Garibay. En 1919 el Pbro. Luis Amezcua, mandó hacer la fundación de la campana mayor de la parroquia.
De los años de 1921 a 1925, desempeñó el curato el Pbro. José García Morfín, quien separó la sacristía que se había quemado en 1917; cambió el material de adobe de los arcos de los cruceros, y se enfrentó a las obras de construcción del nuevo altar mayor, pues con el incendio del templo el altar se había despegado de la pared.
El 12 de Julio de 1925, tomó poseción del curato el Pbro. Alberto Pérez a quien correspondió finalizar las obras del altar mayor...".
La construcción del templo actual, se inició pues en el año de 1872 y hasta 1957 aún no se había terminado.
El conjunto consiste de atrio, nave y casa cural. El acceso hacia el atrio es a través de una escalinata de piedra, se encuentra cercado con pilastras de cantera de buena talla en sillares, rematadas con ánforas y herrería artística de forja es uno de los ejemplares mejor logrados de la época neoclásica, en él se representan los misterios, indicando la posición del último de ellos la costumbre de efectuar rondas procesionales, una reja se fija entre las pilastras, su diseño es de regular calidad. Las portadas que siguen el mismo diseño se ubican en pancoupé y a eje de la fachada.
La iglesia desplaza hacia el frente un cuerpo fachada-torre sumamente interesante que sigue la escuela Tres Guerras, con pórtico bajo de triple acceso abocinado y segundo cuerpo, flanqueado por remate en el tercer cuerpo del frontón truncado, en cuyo interior aparece la fecha 1907, está efectuado con cantería en sillares regulares, no muestra vestigios de enlucido o coloraciones posteriores. Al extremo izquierdo de la fachada se terminó de construir una torre fachada en los años 50's de sillarejo de cantera blanco de banco diferente a la existentes, esta torre podría estar en cualquier lugar del país, es de corte neoclásico, pero amplia en su base distinta a la que se encuentra a la derecha de la nave y que data de la misma época que el templo; esta última al parecer colapsó con los sismos del año 1943, se nos mostró una fotografía donde puede verse como aguja apuntada de líneas muy esbeltas, en su base pueden observarse los cerramientos de una contratrabe de concreto armado y macizos de varillas que fueron colocados en sus cimientos a fin de desplantar la nueva torre. Se conserva sólo el primer cuerpo y parte del inicio del segundo.
La nave es de planta de cruz con bóvedas de arista y cúpula con tambor calado en el crucero, esta última se refuerza al exterior por columnas corintias (su silueta es igual a la del Templo de Santa Ana Maya, en la región de Cuitzeo), se cubre con bóveda de media naranja sobre pechinas. Los muros aplanados en ambas caras, se dividen en cuerpos mediante pilastras que se unen por un entablamento decorado en rojo y oro, los paños intermedios están decorados con pinturas alternándose estas con altares neoclásicas, indican datar del siglo XIX y principios de éste; el desagüe de las bóve das se efectúa a través de tuberías de fierro insertas en el intradós y caída libre, por el exterior los muros rematan con un entablamento de triglifos y metopas siguiendo el amaneramiento ecléctico de su época de construcción.
El ábside está decorado con pintura mural que representa un cielo con ángeles enmarcando el altar que alberga a la Virgen María las pechinas muestran a los evangelistas pintados con mano del mismo pincel.
El piso es de mosaico de pasta de buena calidad. Los altares neoclásicos complementan adecuadamente el conjunto mientras los muros se decoran con pinturas de excelente factura, representando escenas marianas. Las imágenes propias de la época, nos muestran en el altar principal a la época, nos muestran en el altar principal a la Inmaculada Concepción, de estupenda talla, la Dolorosa, San Antonio, San José y San Pedro, dispersos en los altares. Nos sorprende la presencia de un Cristo articulado (Santo Entierro), en uno de los altares, fuera de su lugar.
La casa cural es de nueva factura. Rodean el ábside adosamientos cubiertos con losa de concreto armado.
Planta arquitectónica (original)
Cruz Latina
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Domicilio conocido
Número y/o identificador de la vialidad o calle
N/A
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
N/A
Código Postal
59980
Otra localización
Tinguindín
Tipo de uso del inmueble
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Sin Identificar