La localidad de Calvillo se encuentra ubicada en el límite noreste del municipio, sobre la carretera Guanajuato-Dolores Hidalgo. El asentamiento cuenta con esta pequeña capilla -hoy ruinosa y cerrada-, así como con el templo moderno a donde se han trasladado el culto y las imágenes en la década de los ochentas de este siglo, ubicado varias decenas de metros frente a éste.
El inmueble presenta una planta rectangular dividida en cuatro tramos idénticos de los que el último cumplía funciones de presbiterio. Estuvo cubierta por una interesante bóveda de cañón colapsada desde hace treinta años por lo menos, formada por una superposición de ollas de barro cocido colocadas a manera de hiladas o dovelas. Para cubrir el claro desplome se dispusieron varias armaduras triangulares de madera que soportan láminas acanaladas de fierro galvanizado.
La fachada principal muestra un paramento liso, únicamente ornamentado por una sencillísima portada que se limita al enmarcamiento del vano de acceso en arco de medio punto, soportado por dos jambas apilastradas con modestas molduras. El muro está rematado por un escalonamiento en la parte central, mientras que en el lado de la epístola descansa una elegante torre campanario formada por cuatro pilastras toscanas que soportan arcos de medio punto en cada una de sus caras, bajo un remate piramidal.
El interior del templo se encuentra sumamente arruinado, primero por la carencia parcial de techumbre y después por el abandono en que ha caído con la traslación del culto. De tal manera que se ha perdido casi totalmente la escasa ornamentación de los muros; a tal grado que han desaparecido las pilas de agua bendita, mientras que del retablo mayor sólo quedan algunas piezas reconocibles. Del mismo modo existe tan alto grado de infestación de aves que es imposible acceder a la zona del presbiterio.
La capilla depende canónicamente de la parroquia de Santa Rosa de Lima.
