El templo de San Bartolo se ubica en un extremo de la ex-hacienda, a un costado de la casa cural, su construcción data de fines del siglo XIX con recursos del hacendado José A. Guerra, propietario de las tierras al sur del estado. A mediados de ese siglo pasa la familia Gómez, rehabilitando las instalaciones de la ex-hacienda y el templo, las imágenes y los ornamentos religiosos en resguardo y custodia con el propietario de la ex-hacienda.