Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-003669
Nombre del Inmueble
Santiago Apóstol
Periodo legal del inmueble
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XIX
Siglo de creación
Antecedentes históricos
Esta capilla de Santiago Apóstol es una obra que ha servido, sobre todo, para dar cohesión a un barrio en una localidad activa y compleja como San Mateo Atenco ha comenzado a ser desde hace varios lustros.
El corazón del barrio no corresponde a una zona central ni se vincula con los pobladores de la zona por medio de una plaza o a través de un espacio público abierto. Este barrio, de seguro representante de una herencia cultural y social de la época del virreinato, es un conjunto de manzanas que se extiende muy cerca del centro. En esa circunstancia, es comprensible que el atrio de la capilla esté limitado a ser una parte de la instalación religiosa y que prácticamente no tenga relaciones con el barrio más allá de las que pueden establecerse a través de la portada de atrio.
Ese atrio ocupa un pequeño terreno frente a la iglesia. Para mala fortuna de la localidad y del propio edificio, todo el espacio atrial ha sido pavimentado con piezas de cemento combinadas con algunas aportaciones de piedra; unos cuantos árboles representan ahora lo que llegó a ser un jardín, así como dejan evidencia de que las labores de mantenimiento no están en las agendas de los encargados.
Este edificio ha sido intervenido casi de manera continua desde los primeros años del siglo XX: de ello dan fe la torre de campanario norte, la cúpula, los arreglos a las instalaciones de apoyo del templo y, sobre todo, los paramentos del volumen, que forman un conjunto de fachadas en el que se encuentran evidencias de muchas obras de la más diversa naturaleza.
Las fachadas laterales, relacionadas más bien con las casas colindantes, presentan paramentos de piedra aparente y aplicaciones tanto de tabique como de piezas de concreto reforzado; unas y otras han sido incluidas en esas fachadas con el objeto de prevenir, o reforzar, esfuerzos extraordinarios en las estructuras.
La fachada principal está formada por unos cuantos elementos y, como se anotaba, por elementos de varias épocas. Al lado norte del volumen se extiende la sección oriente de la barda atrial mientras en el costado sur se alzan las dependencias de la capilla de visita que facilitan el acceso a la sacristía. En medio de esos dos componentes se encuentra la fachada principal del templo. Sus volúmenes más destacados son las dos torres de campanario: ambas presentan el mismo diseño en sus primeros cuerpos pero la norte sigue hacia arriba con otras dos secciones antes del remate y la del sur sólo se resuelve con un remate en el que se abren vanos de trazo elíptico. Las dos torres son de reciente incorporación al volumen si bien debe anotarse que los respectivos cubos proceden de la etapa de integración final del conjunto.
En el centro de la fachada se halla la portada, uno de los elementos que han perdurado a lo largo de las varias etapas de intervenciones en el templo: se trata de una composición en dos cuerpos de extrema sencillez a los que divide un entablamento resuelto más con vacíos e insinuaciones que con elementos tangibles. El primer cuerpo lleva desde luego la puerta de acceso, y ésta va inscrita en un arco de medio punto. Ese vano está flanqueado por dos columnas medias muestras y, luego, por dos pilastras adosadas. Esos cuatro apoyos son de un tipo tan sencillo como ingenuo si bien terminan en capiteles en los que se pueden advertir influencias del orden compuesto.
En el segundo cuerpo continúan los ejes verticales aunque las columnas medias muestras de fuste liso pasan a ser dobles y de trazo helicoidal mientras las pilastras sólo cambian de dimensiones y se muestran más robustas. Las dos columnas medias muestras de trazo salomónico del segundo cuerpo sostienen un entablamento distinto de los dos laterales que apoyan los elementos en los extremos, y todo organizado en torno de una representación del sol. Sobre ese entablamento se abrió un nicho que se encuentra vacío pero al que flanquean dos estípites también del tipo más sencillo. Esas últimas piezas subrayan la idea en el sentido de que esta es una obra debida a la incorporación de soluciones y objetos de distintas épocas: la portada presenta, pues, columnas de fuste liso. Pilastras, apoyos salomónicos y estípites, y todo en la armonía que en ocasiones sólo proporciona la falta de compromiso que caracteriza a las creaciones populares.
El interior del recinto es el de un salón de planta rectangular. Es un hecho, criticable o no, que el trazo del edificio sufrió algunas alteraciones cuando se amplió el templo con un presbiterio tan notablemente diferente del resto del conjunto. También es de notar que las ventanas que se abrieron sobre los muros laterales crearon una atmósfera del todo distinta de la que prevaleció en el templo hasta antes de esa intervención. A pesar de todo, y de las expresiones populares que se comentan, la nave de feligresía y el arco triunfal que señala el inicio del presbiterio representan, en más de una manera y también a pesar de la profusa ornamentación, el trazo original de la iglesia.
La nave, pues, como el resto del conjunto, es un resultado de las muy diversas y vistosas intervenciones que la comunidad ejecutó para honrar a su patrono, el Apóstol Santiago, cuya efigie se conserva en la caja central de un ciprés diseñado de manera muy poco ortodoxa. Ese objeto, que de hecho es el único de importancia en el presbiterio, tiene dos pisos, lo que permitió colocar un Cristo en la Cruz en la sección superior. Ello sin demérito de que buena parte de la escultura rebasa el nivel de la nave para sólo ser observable desde los espacios más cercanos al comulgatorio.
El presbiterio, como se anota, es de planta cuadrada y, sin apoyos, su cubierta cede parte de su masa a la apertura de una cúpula de planta octagonal que se completa con un tambor en el que se abren vanos rectangulares terminados en cerramientos a modo de arcos rebajados. Los ocho gajos de la cúpula llevan gallones que recibieron pinturas en las que se evoca a los evangelistas así como los rostros de Santiago y de San Pedro, figuras centrales en la Pasión de Cristo.
La transformación de la nave incluyó desde luego al coro, elemento que ha quedado sin uso continuo después del Concilio Vaticano II, pero al que, igual, correspondieron algunas modificaciones que incluyeron la instalación de una celosía como las que tuvieron los coros de monjas. Hasta ese ámbito, además, se llevó parte de la decoración que, dicho sea con todo respeto, resultó en un exceso, como puede verse en el acabado del plafón que ha tomado el lugar del cielo raso que probablemente tuvo el conjunto mientras fueron conservadas las vigas que cubrieron el claro que es el ancho de la nave.
Planta arquitectónica (original)
Rectangular
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Hidalgo
Número y/o identificador de la vialidad o calle
s/n
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
Santiago
Código Postal
52104
Otra localización
N/A
Tipo de uso del inmueble
Uso inicial del inmueble
Culto público
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Sin Identificar
Responsable del levantamiento del inmueble
Fecha del levantamiento del inmueble
1 octubre, 2005