Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-003692
Nombre del Inmueble
Nuestra Señora del Carmen
Periodo legal del inmueble
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XVIII
Siglo de creación
Antecedentes históricos
El formidable conjunto que formaron el templo y el convento de Nuestra Señora del Carmen ocupa un lugar de la mayor importancia en el centro de la ciudad capital del Estado de México. Se extiende sobre un terreno de gran superficie y aunque una parte muy considerable de su área cubierta ha cambiado de uso y se ha destinado al Museo de Bellas Artes, sigue siendo un edificio siempre presente en las perspectivas más distinguidas de Toluca.
El atrio de la parroquia actual es, pues, una explanada muy importante tanto por sus dimensiones y sus capacidades como por permitir la apreciación del edificio central sin interrupciones y a muy corta distancia, condición que habitualmente no se consigue con otros templos de estas proporciones.
El conjunto fue realizado en la época barroca, como se anotó, pero, de fondo, es una obra que satisfizo no sólo las condiciones de esa corriente sino las normas no escritas de la construcción que ya era tradicional en Nueva España, la que se hizo para recintos de culto casi siempre sobre plantas que poco variaron pues fueron rectangulares o en forma de cruz latina independientemente de las soluciones expresivas que se eligieran para los interiores. En esa medida también se usó el material de construcción más conocido y que mejor manejaban los alarifes, los maestros y los albañiles: la piedra. Es posible que las alternativas no hayan sido muchas pero es evidente que al seleccionar la piedra se escogieron, también, las bóvedas de arista, los muros y los contrafuertes que hicieron las veces de refuerzos de estructuras que funcionaban casi como aplicaciones de mecanismos y de procedimientos amplísimamente estudiados y difundidos.
Con estructuras de piedra, el edificio se ostenta terminado en aplanados de cal y arena pintados a la cal, en color blanco. Esa circunstancia facilita su comprensión y desde luego es una ventaja para su conservación. Las fachadas del complejo, en esa virtud, también forman un ámbito de unidad que ha de apreciarse sobre todo si son varios los elementos que integran el volumen. Las fachadas laterales, en especial las que ven al oriente son importantes aunque son muy sencillas, excepción hecha de la que cubre el volumen de la capilla de Santa Teresa, el espacio que tiene acceso a la altura del crucero de la nave.
La fachada principal es un objeto arquitectónico del mayor interés no sólo porque es la que contiene el acceso sino por su disposición respecto del conjunto que fue el convento y por ser el remate de una serie importante de circulaciones y de ejes visuales. Ese paramento no ocupa el centro del atrio pero sí lo define de muy diversas maneras.
Esa fachada está compuesta por una portada de dos cuerpos y por dos cubos que la flanquean. El del lado norte lleva una espadaña con tres campanas en otros tantos vanos y llama la atención por ser un elemento que podría pasar por anacrónico en la medida en que ese tipo de soluciones fueron utilizadas mucho antes de la introducción de los grandes campanarios y de sus secretos de construcción. El otro cubo lleva la torre que se terminó en 1814 y que, como fue habitual entonces, consta de varios cuerpos superpuestos, en este caso de dos, y un remate. Los cuerpos del campanario están definidos por entablamentos que aparecen como lo hacen las columnas medias muestras que los soportan.
La portada del templo forma también una peculiaridad de diseño pues si bien ocupa la parte principal del muro del frontis y está definida por dos cuerpos y remate, sus elementos desempeñan papeles muy interesantes: la puerta de acceso va inscrita en un arco de medio punto cuyas piezas, incluidas las jambas, las dovelas y los sillares del fondo van expuestas y sólo subrayadas por las líneas de sombra que producen los remates de las basas y el pesado entablamento que termina esa parte de la composición. En el cuerpo alto se abre la ventana de coro, que es de trazo rectangular y cuyo marco es muy similar al de la puerta; a ambos lados de ese vano aparecen los escudos de la orden carmelita labrados en piedra de los mismos tonos.
La portada también desempeña otros papeles, pues crea un vínculo del mayor interés con la fachada que aloja los accesos al convento, parte de la obra que incluye una galería cubierta que presenta arcos abiertos al oriente y grandes paños resueltos con ajaracas en el piso alto. Entre los otros elementos que se ostentan como característicos del inmueble debe destacarse la fachada lateral sur de la capilla de Santa Teresa, volumen que se forma con una interesante sucesión de líneas curvas en las que verdaderamente se expresa el conocimiento de los autores acerca de los recursos expresivos del barroco. En esa fachada son ostensibles el cuerpo de la nave, los brazos de su crucero y desde luego la cúpula que podría representar a todo ese recinto. En los años más recientes se han agregado a ese volumen una serie de dependencias que hacen un poco más compleja su lectura, pero las formas originales permanecen sin alteraciones mayores.
El interior de la nave es uno de esos ejemplos del neoclásico como se comprendió en algunas zonas del país antes de que fueran superadas las enseñanzas de la escuela barroca. La Academia trató, desde que tuvo la autoridad para hacerlo, de que se evitaran los excesos libertarios de la última etapa del barroco, y para ello propuso volver a las formas clásicas y, en cierta forma, a la limpieza y a la claridad de los espacios interiores. El neoclásico, que se interpretó de muchas maneras en la última etapa del virreinato y aún en los primeros decenios de la época independiente de la Nación pasó a ser, en algunas comunidades, como las del Estado de México, una ampliación conceptual del barroco. Esta reflexión tiene lugar como una observación de las condiciones en que se desarrollaron los motivos principales y hasta los detalles en la ornamentación del interior del Carmen.
La nave de feligresía está dividida en cuatro tramos estructurales determinados por pilastras de sección rectangular; en cada tramo cubierto por una bóveda de arista se encuentra un altar lateral y en el presbiterio, también bajo una bóveda del mismo corte, se alza el altar mayor acompañado de un retablo también neoclásico que cubre la totalidad del espacio del muro testero. Los motivos resueltos con apego a esa tendencia plástica incluyen columnas, pilastras y entablamentos así como toda clase de molduras; los apoyos verticales rematan en capiteles del orden clásico compuesto y los frontones lo mismo son triangulares que curvos. Los arcos de la composición son todos de medio punto y la cúpula está apoyada en un trazo octagonal que se resuelve con pechinas que ligan los arcos torales. El tambor de la cúpula lleva vanos en cada uno de sus lados.
El espacio interior de la actual parroquia es, pues, una gran reunión de luces y de brillos sobre fondos blancos, lo que ha sido una de sus características principales desde la primera parte de la nave, la que se organiza en el sotocoro, espacio que va cubierto con otra bóveda de arista, ésta menos peraltada, que se sostiene gracias a un arco rebajado sobre el que se halla una reja ricamente elaborada y detrás de la cual se conservan un órgano antiguo y una notable pintura que se extiende rodeando la apertura de la ventana.
La capilla dedicada a Santa Teresa suele permanecer cerrada pero es de sobra conocido que en ese espacio, y en otros, se conservan valiosas pinturas debidas a los pinceles de Francisco Martínez y Juan Rodríguez, piezas que forman el tesoro artístico del templo junto con las esculturas de la Virgen del Carmen, que se encuentra en el ciprés del presbiterio, y la de la Asunción de María, que fue colocada en el remate del conjunto sobre la balaustrada que culmina el diseño del área de consagración.
Planta arquitectónica (original)
Cruz Latina
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Santos Degollado y Plutarco González
Tipo de uso del inmueble
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Carmelitas Descalzos
Responsable del levantamiento del inmueble
Fecha del levantamiento del inmueble
1 octubre, 2005