Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-003706
Nombre del Inmueble
Santiago Apóstol
Periodo legal del inmueble
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XIX
Siglo de creación
Antecedentes históricos
La actual parroquia y la plaza central del barrio ocupan una misma área aunque no estén comunicadas de manera directa. La plaza principal del conjunto se encuentra a una cuadra del lugar donde se inicia el atrio y sus espacios comunes -o de tránsito entre los dos lugares- se encuentran en una plaza lateral que lo mismo funciona como ampliación de la plaza, que como sede de un mercado informal e intermitente o como vestíbulo del atrio de la iglesia en días como los domingos.
Esa disposición de las áreas abiertas en el centro del barrio crea ambientes distintos pero muy ricos desde una perspectiva social en días determinados; habitualmente, sin embargo, la plaza lateral es un espacio prácticamente desperdiciado y la portada del atrio se abre a una calle que no tendría más trascendencia e importancia si no fuera porque acaba formando parte de los terrenos del templo.
El atrio de la iglesia propiamente dicho es un espacio abierto de muy generosas dimensiones. Es tan grande que en sentido perpendicular al eje del templo se organiza una segunda parroquia en los días de misas y en ocasiones especiales. La iglesia improvisada y temporal se extiende sobre los caminos que están trazados a 90° del camino central que conduce al acceso al templo. Los espacios remanentes son jardines más o menos bien trazados y bien cuidados que acompañan a la segunda iglesia -de la que sólo hay techo- y crean un ambiente muy afortunado para las celebraciones de la parroquia.
La iglesia y el conjunto de dependencias que ahora la acompañan están orientados como fue habitual que se hiciera en el virreinato, es decir, con la puerta en el lado poniente de manera que el oficiante de dirige al oriente en el momento de la consagración. La obra principal, es decir, el volumen del templo, está construido con piedra en diversas variedades y, aunque ese material tendría que estar -como estuvo- protegido detrás de una capa de aplanado a la cal, se encuentra expuesto como respuesta a una demanda de la comunidad.
Las fachadas del volumen de la parroquia son, todas, evidencias de ese sistema constructivo, incluida la principal cuya apariencia no corresponde desde luego a la imagen que se plantearon sus constructores y sus conservadores originales. La fachada de acceso, pues, es un paramento muy interesante en el que coexisten varios paños y el material básico sin tratamientos que lo protejan. La composición está concebida y organizada con una portada central a la que flanquean los volúmenes de dos cubos, los que corresponden a la torre del campanario, al norte, y a la torre del reloj, en el sur.
Los cubos de las torres son construcciones sólidas y fuertes que cumplen funciones incluso geométricas a las que traicionan un tanto las piedras aparentes por su irregularidad; a pesar de ello, llevan varios vanos -todos pequeños- encargados de introducir luz a las correspondientes escaleras. La portada es una propuesta que se alza sobre el tramo rehundido de la fachada; esa circunstancia procede de un cambio de paño que, en realidad, procede de la decisión de destacar los volúmenes de los cubos, pero, en fin, su apariencia es la de estar hundido un poco menos de un metro.
La portada, como varias otras obras de su tipo en el Estado de México, consta de dos cuerpos a los que definen sus elementos estructurales. Columnas con capiteles jónicos en la planta baja y otras columnas, con capiteles dóricos en la planta superior son los elementos principales, y no sólo por su desempeño como apoyos de la composición sino por tratarse de piezas construidas con tabique; ese mismo material fue el encargado de resolver el marco de la puerta de acceso, que es un arco de medio punto y la ventana de coro -arriba- que es de trazo rectangular y que de hecho se extiende a todo lo alto de las columnas. Los apoyos del primer cuerpo se apoyan sobre unas basas relativamente grandes, y las del segundo sobre el entablamento que crean las primeras: esa condición de continuidad estructural entre objetos de tabique se debe, sobre todo, a que las piezas de ese material están separadas del cuerpo del muro del frontis. Es seguro que sus autores imaginaron el efecto incluso de claroscuro que producirían esos elementos sobre el aplanado de la fachada. Hoy, a finales de 2005, el efecto es propiamente de confusión pues las líneas de juntas entre los varios tabiques se pierden entre las otras juntas -las de la piedra- y frente a la masa de piedra expuesta.
El remate de la portada, curiosamente, es una ampliación de perfil mixtilíneo sobre el pretil del muro y ésta sí va aplanada y pintada de blanco, como los dos cuerpos del campanario y el cuerpo único de la torre del reloj. Se trata de una propuesta de diseño muy peculiar porque de la observación resultan por lo menos dos tramos totalmente diferentes: el áspero y expuesto de las partes bajas y el liso y continuo de los sectores altos. El campanario y el reloj terminan en sendos remates a manera de bóvedas o capulines campaniformes que van aplanados y pintados de rojo. El pretil que hace las veces de remate de la portada lleva un nicho muy interesante en cuyo interior se encuentra una imagen del apóstol a caballo, es decir, la figura más conocida y venerada de Santiago representada en piedra.
En el interior de la nave se hacen ostensibles y evidentes todas las calidades de un espacio que se alza sobre una planta en forma de cruz latina, es decir, está compuesto con una nave de feligresía central, un crucero y dos brazos de crucero que acompañan al presbiterio. Las pilastras de los muros laterales contribuyen a soportar las bóvedas de arista que resuelven la cubierta e interrumpen, para ampliar, los entablamentos que recorren todo el interior del recinto. Los muros laterales, además, llevan tímpanos en los que se hallan las ventanas que iluminan la nave.
Como en otros sitios de características similares a las de Miltepec, el presbiterio ha sido despojado de todos sus elementos: ello con el propósito de alojar, de la manera más espectacular, el ciprés que contiene la imagen del santo también en su versión de jinete que cabalga para acabar con los moros. Santiago es una de las figuras de la evangelización más arraigadas en el Estado de México, de manera que es comprensible que en sitios que llevan su nombre se le dispensen tratos tan especiales. Es evidente, por otra parte, que la presencia de Santiago siempre será secundaria, en especial en templos en los que las devociones tienen varias direcciones: en Santiago Miltepec un Cristo en la Cruz, dispuesto en el lado norte del presbiterio es la imagen principal independientemente de su colocación en el área de consagración.
La cúpula del templo es una obra que también merece interés y respeto pues se trata de una aportación al espacio en la que sobresalen los motivos y la mano de obra populares. Igual ocurre con el coro, espacio ahora fuera de uso y con los muros laterales, paramentos en los que se dispusieron altares y otros objetos de aliento neoclásico muy comprometidos con las modas y los gustos de mediados del siglo XIX, época en la que se desarrollaron muchas de las actividades productivas en el área central del Estado de México.
Planta arquitectónica (original)
Cruz Latina
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Andador
Número y/o identificador de la vialidad o calle
s/n
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
Centro
Código Postal
50020
Otra localización
Barrio Miltepec
Tipo de uso del inmueble
Uso actual del inmueble
Advocación
Santiago
Orden religiosa (original)
Diocesano
Responsable del levantamiento del inmueble
Fecha del levantamiento del inmueble
1 octubre, 2005