Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-003954
Nombre del Inmueble
San Miguel Arcángel
Tipo de Monumento
Época
Siglo XIX y XX
Siglo de creación
Antecedentes históricos
La parroquia de San Miguel Arcángel es uno más de los ejemplos de templos de la zona que proceden de varias etapas constructivas a las que deben sus características más importantes: este inmueble, en efecto, tiene antecedentes en el siglo XIX pero, en verdad, es más una obra de la medianía del XX gracias a las propuestas que terminaron por transformarlo.
La parroquia ocupa el paramento norte de la plaza principal del pueblo. Por las diferencias de nivel que se observan en el área, lo que tendría que haber sido su espacio atrial debió resolverse como un par de escalinatas: la principal frente a la portada de acceso y una secundaria integrada a las cualidades de la plaza. El volumen es de grandes dimensiones -desde luego comparado con cualquiera de los otros edificios del sitio- y su torre -que es de altura muy considerable- contribuye con mucho a acentuar los efectos de alto y bajo en toda la zona central de la población.
La fachada lateral de la iglesia es la que predomina en las vistas del área que rodea a la plaza: se trata de un grupo de paramentos que se inicia con la escalinata que ya se mencionaba y que continúa con una arquería de muy reciente factura a las que siguen los muros de la nave y del crucero que se agregó también en algún momento del pasado inmediato. Los muros de la parroquia propiamente dicho son de piedra y van aparentes y parcialmente aplanados, según se les ve de poniente a oriente. En los extremos dominan el volumen del tragaluz que se agregó en el área del pretendido crucero -al poniente- y la torre del campanario -al oriente-. La torre es de dos cuerpos apenas distinguibles por la solución plástica que finalmente fue adoptada para la última etapa de la construcción: el campanario se alza sobre un cubo cuya altura rebasa el nivel del pretil de la portada, y los dos cuerpos de las campanas participan de las fachadas gracias a que los arcos que los distinguen, así como las aplicaciones de tabique que los completan, se abren entre esquinas que siguen las formas y que conservan los aplanados del resto de la torre. En la fachada del campanario que mira a la plaza se encuentra, también una de las carátulas del reloj que debe haberse sumado al complejo en los primeros años del siglo XX.
La fachada principal se encuentra al final de la escalinata que sube de oriente a poniente. Además de la torre, cuya fachada al área de acceso es igual a la que forma parte de la plaza, en este paramento se abre la portada, que es, probablemente, uno de los componentes históricos de mayor peso en la composición.
La portada se muestra inspirada por algunas soluciones que caracterizaron la construcción en cantera en varias zonas de Jalisco, de Michoacán y hasta de Guanajuato durante el virreinato. Se trata de una pieza compuesta con dos cuerpos: en el primero se encuentra el arco de acceso -de medio punto- al que flanquean dos columnas medias muestras que soportan un entablamento de linaje plástico renacentista. Sobre ese elemento básico se abre la ventana de coro, a la que forman dos arcos de medio punto a la manera de las ventanas geminadas y a las que separa una columnilla. El doble arco va flanqueado por pilastras adosadas a partir de las cuales arranca un arco formado por dovelas y molduras que completan la composición. La obra fue hecha de cantera rosada, material que también forma el paramento y con el que también se hizo el remate, un sencillo juego de roleos que complementa el pretil del muro principal de la parroquia.
La portada, como se anotó, hace ostensibles los antecedentes más de fondo vinculados con las historia del edificio. Pero, igual, es el centro de las obras que todavía se realizan en el conjunto: en el extremo norte de la portada se construye, en abril de 2009, el cubo de lo que podría ser una ampliación de la casa parroquial, o la base de una nueva torre de campanario.
El interior de la nave del templo también revela por lo menos una parte de su procedencia, pues conserva el trazo rectangular que bien pudo ser la base de su desarrollo posterior. La obra acusa, igualmente, la presencia de una serie muy considerable de intervenciones, varias de las cuales tuvieron el propósito expreso de ampliar la capacidad del recinto, según puede desprenderse de la observación de varias aperturas a lo largo de los muros laterales, en especial en las zonas próximas al área en la que se agregó un tragaluz donde hubiera tenido que alzarse una cúpula.
La nave de feligresía, en esa perspectiva, es también una zona de cierta confusión visual. El crucero que fue añadido es, en esencia, un espacio que se suma a los dos salones que flanquean al presbiterio y las que podrían considerarse como "naves laterales" son sólo ampliaciones de los brazos que fueron agregados y que, desde luego, no tienen continuación hacia la zona del acceso y del coro.
Otra de las características de este espacio reiteradamente intervenido se encuentra en las soluciones de los aplanados de los muros y de las cubiertas: éstas igualmente sufrieron varios tipos de trabajos hasta que finalmente se les sustituyó con bóvedas catalanas a las que se también se aplanó. Las ventanas llevan marcos que simulan cantera y en sus vidrios fueron ensayadas varias propuestas de vitrales, como los que terminan los elementos verticales del tragaluz de planta rectangular y losa plana que completa la imagen del presbiterio.
El área de culto encabezada por el oficiante, es decir, el presbiterio propiamente dicho, lleva pavimento de granito, un altar de cantera y, en el fondo, sobre el muro testero, un pequeño retablo -o la base de un componente de ese género- que recuerda alguna influencia de origen neogótico y que termina en un mínimo nicho a la manera de un pórtico minúsculo que aloja un pequeño crucifijo sobre el que descansa la imagen del titular del templo, una escultura que representa al arcángel San Miguel.
El santo está interpretado según las normas del neoclásico que se practicó en el área de Jalisco durante la segunda mitad del siglo XIX; es, pues, una escultura de madera y estofado de cierto mérito que destaca sobre el muro liso del fondo del templo y al que se puntó de color azul mientras todo el conjunto fue terminado en blanco.
La iglesia ha conservado el coro, elemento al que también se intervino para modificar su estructura y sus apariencias pues hoy se trata, sin duda, de un salón sobre losa plana con un barandal que remeda las formas de las piezas domésticas. En la nave se encuentran, además, varias imágenes de linaje popular que, en conjunto, acompañan la figura de un Cristo en la Cruz que muy probablemente también se encuentre entre los tesoros históricos del conjunto: también es una pieza escultórica de origen popular pero desde luego es una obra de relevancia por sus calidades plásticas y acaso hasta por sus materiales pues sugiere estar hecha de pasta de caña de maíz, como las que se hicieron en varios sitios del centro del país durante todo el virreinato.
Planta arquitectónica (original)
Rectangular
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Jalisco > La Manzanilla de la Paz > La Manzanilla de la Paz (140570001)
Nombre de la vialidad o calle
Centenario
Número y/o identificador de la vialidad o calle
s/n
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
Centro
Código Postal
49460
Tipo de uso del inmueble
Uso inicial del inmueble
Culto público
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Clero Secular