Imagen principal
Clave del inmueble
MX-SC-DGSMPC-BI-003960
Nombre del Inmueble
Santiago Apóstol
Tipo de Monumento
Circunscripción eclesiástica
Época
Siglo XVI y XVII
Siglo de creación
Antecedentes históricos
La actual parroquia de Tonalá es la iglesia conventual de los franciscanos fundada en el siglo XVI. Es evidente, sin embargo, que la obra no ha permanecido inalterada: ha sido adaptada, y en varias ocasiones, a las circunstancias y desde luego a las demandas de la población, a los cambios en la liturgia y, de cierto modo, hasta a las modas de diversa naturaleza que se han presentado en la localidad.
La iglesia se encuentra frente a la plaza principal del poblado, que es un espacio al que se definió de manera definitiva cuando ya existía completo el conjunto franciscano, es decir, el convento desde el cual cumplieron varias funciones algunos grupos de religiosos. El atrio de la iglesia es un amplio vestíbulo urbano que se extiende en forma de una explanada de planta casi cuadrada frente al acceso principal del templo. El atrio se encuentra, además, a cinco peraltes de desnivel sobre la rasante media de la calle y de la plaza que le anteceden, de manera que las perspectivas urbanas que convergen en el monumento lo hacen parecer un tanto más alto de lo que es en realidad. La barda atrial fue resuelta con un muro de escasa altura al que completa una reja que se apoya, a trechos de más o menos cinco metros, en pilares de sección cuadrada que terminan en almenas.
Los espacios del atrio van limitados, como se anota, por una barda mixta pero, sobre todo, por una portada atrial que combina un muro al que concurren columnas medias muestras y pilastras para recibir y organizar los abatimientos de la puerta de rejas que se abre frente al eje del recinto.
La iglesia fue construida con mamposterías de piedra y de tabique y sus muros han sido terminados con aplanados y pintura a la cal. Las fachadas laterales hacen evidentes algunas de las soluciones estructurales e incluyen ventanas de forma rectangular con derrames que las hacen ver notablemente profundas. La fachada lateral norte lleva un par de contrafuertes y una portada que se abre a la calle lateral prácticamente sin banqueta, de manera que el muro del templo arranca de la misma vía pública. En el extremo oriente de esa composición fue dispuesto un arco botarel que colabora con el contrarresto del muro testero del edificio. La fachada lateral sur se abre al patio del exconvento y su portada quedó integrada al andador norte del claustro que por fortuna se conserva.
La fachada principal del templo está integrada, como es habitual, por el conjunto de la portada y por el volumen de la torre del campanario. La primera es una propuesta que revela sus antecedentes más remotos pues consta de un sencillo arco de medio punto inscrito entre dos pilastras y el entablamento que soportan, composición a la que flanquean un par de contrafuertes de sección semicircular a los que coronan medios conos, elementos con los que se alude, también, al carácter de fortaleza -o de espacio de naturaleza militar- que algunos autores han atribuido a los conventos de la primera época de la evangelización. En el segundo cuerpo de la portada aparece la ventana de coro, que es un minúsculo vano de trazo rectangular vertical al que enmarca una composición de cantera en la que se recrean algunos motivos vegetales.
El pretil del muro frontal del volumen fue resuelto con un par de molduras en saliente que producen una mínima pero interesante sombra en la protección del enrase del muro del edificio. La portada termina, sencillamente, en un frontón triangular que lleva un nicho vacío cuyas funciones se limitan a crear algunos efectos de claroscuro. Es posible, por su sistema de trazo y por sus dimensiones, que el frontón sea producto de alguna de las intervenciones que también ha recibido el monumento en épocas relativamente recientes.
La fachada del templo presenta una cierta asimetría en la medida en que contiene un espacio trazado sobre una planta basilical así como un cubo vigoroso en el extremo norte de su extensión. El cubo lleva una ventana a la altura del atrio y una segunda apertura que ilumina la escalera a la torre del campanario. La torre no se encuentra entre los componentes más antiguos de la obra pues sus formas finales proceden quizá de la segunda mitad del siglo XVIII o de los primeros años del XIX. Consta de dos cuerpos, el primero de planta cuadrada y el segundo de trazo octagonal; lleva un sencillo vano en forma de arco de medio punto en cada una de sus caras y aunque esos vanos llevan impostas cuyas molduras se extienden por todos los paños del elemento, los campanarios acusan una cierta rudeza derivada probablemente de algunas previsiones contra sismos. El remate de la torre es un cupulín de planta circular y de escasa altura que, como varios otros componentes similares en otros edificios, está limitado a la función de soportar una cruz de metal que corona la composición.
El interior del recinto es una basílica tan completa como interesante: las tres naves de esa disposición arquitectónica están definidas por pilares de cantera de sección cuadrada que soportan capiteles y cimasios sobre los que luego se desarrollan arcos del mismo material que cubren claros en los dos sentidos de la composición: longitudinalmente para formar las naves, y de manera transversal para dar lugar y apoyo a las bóvedas vaídas de escasísimo claro que, en conjunto, forman la cubierta del recinto.
El espacio interior de la parroquia está dominado, además, por la excelente calidad de su pavimento a base de tablones de madera de mezquite y, en el fondo, por el espacio adicional en el que se desarrolla el presbiterio, de seguro el punto focal de mayor jerarquía en el complejo. El área destinada al oficiante, en efecto, es el sitio de mayor interés y valor del templo: va en un espacio adicional al que cubre una bóveda también vaída pero a la que acompañan, e iluminan, ventanas abiertas en los tímpanos de los muros laterales.
El muro testero va ocupado por un arreglo a manera de retablo en el que predominan las formas y los efectos del barroco, rasgos que desde luego deben haber guiado a numerosos de los constructores espontáneos que intervinieron en la obra en los años centrales del virreinato. A cambio de ello, sin embargo, ninguno de los otros elementos de la iglesia presenta características estilísticas definidas.
Los espacios que hoy corresponden a la casa cural y a las dependencias de la parroquia fueron las áreas propias del establecimiento conventual de los menores. El convento, sin embargo, no tiene portal de peregrinos o algún elemento de ese estilo, sino sólo una puerta modestamente abierta al atrio. En el interior del conjunto, eso sí, se encuentra un formidable patio porticado con arcos de medio punto soportados por columnas de cantera, de un solo piso, en el que se resumen, también, las intenciones plásticas, espaciales y hasta de convivencia de los hermanos franciscanos encargados de la evangelización y de la pastoral en esta zona de Jalisco durante muchos años.
Planta arquitectónica (original)
Basilical
Categoría arquitectónica
Estado, Municipio, Localidad
Nombre de la vialidad o calle
Álvaro Obregón
Número y/o identificador de la vialidad o calle
s/n
Nombre del tipo de asentamiento humano o colonia
Centro
Código Postal
45400
Tipo de uso del inmueble
Uso inicial del inmueble
Culto público
Uso actual del inmueble
Orden religiosa (original)
Clero Secular