Sueño de San José

Descripción del bien mueble

Dos fueron las ocasiones en que, de acuerdo a la tradición bíblica San José recibió orientación sobre la conducta que debía tomar: cuando tras advertir el embarazo de María pretendía repudiarla en secreto y un ángel le aclaró que se trataba de un hijo concebido por el Altísimo, y cuando recibió la orden de huir a Egipto, a fin de salvar al niño Jesús de la ira de Herodes. En ambas ocasiones se habla de que se le apareció un ángel en sueños. razón por la cual comúnmente se designa a las representaciones que se ocupan de tales momentos. como "El sueño de San José". A alguno de dichos pasajes alude, pues. el cuadro que nos ocupa. Aparece San José sumido en un profundo sueño, con la cabeza apoyada sobre una mano y sentado a la sombra que produce la fronda de un árbol. Por un lado se aproxima el heraldo divino; figura de belleza casi femenina, plena de encanto y plasticidad, que le ha servido al artista de pretexto para deleitarse en el juego barroco de los paños. en el mundo del color y en la fascinación de las joyas preciosas. La rigidez en piernas y brazos le restan, empero, un poco de gracia. Seguramente por confusión en los nombres se ha mencionado a Luis Juárez para autor de este hermoso lienzo, cuando en realidad a quien se quería nombrar era a su hijo, a José Juárez. De cualquier forma, no es ni de uno ni de otro. Cierto que exhibe un acertado manejo de las luces y las sombras que hacen recordar las obras de José, pero la debilidad en el dibujo, la libertad en la pincelada, el tratamiento efectista de las telas y las exquisitas armonías colorísticas que ostenta, nos indican que su autor manejaba un lenguaje más avanzado. Asimismo, la importancia concedida al paisaje nos hablan de una sensibilidad más fresca y poética, cercana a la que en ocasiones nos regaló Juan Correa. Rogelio Ruiz Gomar.