Según consta en los textos antiguos el episodio aquí representado no fue un hecho histórico. El origen de su representación, de acuerdo con el tratadista Francisco Pacheco, tuvo lugar hacia 114 y el pintor Juan de Roelas fue quien acreditó el tema en España al pintarlo para el convento de la Merced de Sevilla, con gran beneplácito del público en general. Casi seguramente posterior a la obra de Roelas. existe un grabado de Schelte de Bolswert sobre un original de Pedro Pablo Rubens con este tema que, con seguridad, sirvió de modelo para esta obra, con algunas diferencias como: la pintura está invertida respecto al grabado, no aparecen los Ángelillos sosteniendo la corona de flores. no aparece San Joaquín, el fondo es menos elaborado. En la pintura, Santa Ana aparece sentada y la Virgen María -como de 10 años- de pie junto a ella; la anciana abraza a María con el brazo izquierdo y descansa el derecho sobre sus propios muslos; su cabeza está girada ligeramente hacia su izquierda y su vista se dirige hacia la corona de flores que flota sobre la niña. Esta sostiene un libro con la mano derecha y gira su cabeza hacia su izquierda, mirando hacia el espectador. Ambas tienen resplandor en la cabeza.
Observaciones del bien mueble
El marco es de reciente factura. Fue restaurada. Es del mismo autor que la pintura de "San Joaquín y la Virgen niña" (Cédula No. 18).
