El santo sentado en una silla de lineamientos surrealistas, une sus manos tocando el dedo índice con el dedo pulgar.
Vestido de blanco y negro, porta un medallón con la imagen de un filósofo. El Espíritu Santo se acerca a su aureola. Completa la escena un muro en el fondo y una mesa de mantel rojo con un libro abierto.