En esta curiosa escultura, el cuerpo de Cristo muestra signos evidentes de desconocimiento de factura anatómica. El tórax, por ejemplo, parece un collar de perlas invertido. Los brazos son excesivamente largos y delgados. Muestra evidentes señales de castigo corporal y su cabeza cae sobre el hombro izquierdo. Se puede situar entre el siglo XVII y el XVIII