Esta preciosa escultura es casi un milagro en sí misma. Es difícil imaginar cómo sobrevivió en condiciones visiblemente adversas. Debajo del manto se ve aún un estupendo estofado, de dibujo fino, del que solamente puede verse una parte, pues el resto fue cubierto con pintura azul claro, seguramente antes de que se decidiera comenzar a vestirla. Las manos y la cabeza están acabadas de manera brillante, de pulimento, pues con un trozo de vejiga se pulía la pintura hasta sacar ese brillo. Esta técnica dejó de usarse desde mediados del siglo XVII, cuando se reemplazó por el acabado mate. La virgen está parada sobre nubes alrededor de las cuales se ven 4 querubines.
Observaciones del bien mueble
La imagen está mutilada, de la gran luna que se encontraba a sus pies sólo queda una parte. El resto fue cortado y está arrumbado en un rincón de la capilla.
Parte del estofado está pintado.