Escena que representa la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, todos ellos de pie y vestidos de túnica y manto, de colores diferentes. Sobre sus cabezas parecen llegar pequeñas llamas que brotan del resplandor central, donde está la paloma blanca con alas extendidas, que representa al Espíritu Santo. Al frente, situada un poco a la derecha del cuadro, está la Virgen María, sentada, vestida con túnica roja y manto azul, que la cubre desde la cabeza. Junto a ella, sentada en el suelo, está otra mujer que lleva un manto rosa. En el extremo derecho, una mujer parece entrar a la escena. Viste túnica rosa con un manto rojo, de largo cabello rubio y con un velo blanco transparente, con una palma en su mano izquierda y la otra apoyada en un trozo de rueda con púas, se trata de Santa Catalina. La figura central, San Pedro, vestido con túnica azul y manto dorado, lleva una llave en su mano derecha. En primer plano y ubicadas cada una a ambos lados de la composición, están otras dos mujeres, una sentada junto a una jarra y la otra de pie, llevando una canasta con frutas.
VENIDA DEL ESPIRITU SANTO: "Su venida fue así: Llegado el Día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un lugar, cuando de repente sobrevino del cielo un ruido como de viento impetuoso, que llenó toda la casa - y aparecieron unas como lenguas de fuego que se posaron sobre cada uno de ellos y todos fueron llenos del Espíritu Santo" (Hechos, C. 2).
J. R. FARIA
Curso Superior de Religión, 1961, pp. 131.
