Escultura de una mujer, de pie, ataviada con vestidos negros. Su manto, de igual color, se sostiene mediante un resplandor de metal dorado. Por la postura de sus manos unidas con los dedos entrelazados en actitud de angustia y por el rictus amargo de su rostro, parece tratarse de la Virgen de los Dolores. En sus manos le han puesto una corona de espinas; sin embargo, ésta y la indumentaria son añadidos a la imagen original.
D. E. ALVAREZ GAZCA, "Culto Mariano". Material Didáctico del Curso de Iconografía, "El Simbolismo de la Arquitectura Religiosa", 1989.