Adoración de Los Pastores

Descripción del bien mueble

Lucas es el único evangelista que relata la adoración de los pastores (2,8-20). Su alusión es mínima y tanto teólogos como artistas se esforzaron por completar estas indicaciones:
"...encontraréis al Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Al instante se juntó con aquel ángel una multitud del ejército celestial que alababa a Dios diciendo 'Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad'. En cuanto los ángeles volaron al cielo, los pastores se apresuraron a visitar al recién nacido y ellos también se volvieron glorificando a Dios..."

El tema de la Adoración de los pastores se popularizó en el mundo occidental a partir del siglo XV y se intensificó después del Concilio de Trento. En esta pintura la Virgen María está arrodillada con el Niño y San José permanece de pie. La figura de san José es importante en esta composición. Dos pastores se arrodillan frente al Niño: uno tiene las manos cruzadas en el pecho y el otro trae un cordero con las patas atadas, ofrenda que la tradición popular añadió a la escena y que tiene un sentido simbólico, el sacrificio de Jesús. En el lateral derecho una mujer lleva una cesta con huevos, que es un símbolo de fertilidad, pero también de expiación. Una de las manos femeninas se apoya sobre el hombro del niño, como animándolo a entregar la gallina que lleva como ofrenda. María levanta el paño blanco que envuelve al Niño, como prefigura de la sábana en la que Cristo sería envuelto al morir y muestra a su hijo a los pastores. Los escritores místicos describieron el nacimiento en la noche, sin embargo esta escena parece desarrollarse en un atardecer, pues aún hay algo de luz del día en el simplificado, paisaje del fondo, en el lateral izquierdo, pues en el derecho se ven un burro y un buey, también tradicionales en el pesebre donde supuestamente nació Jesús.