La escena del encuentro con la Verónica corresponde a la sexta estación del Vía Crucis. Tiene como base una leyenda, forjada en los Evangelios Apócrifos y la tradición popular. En la Edad Media esta leyenda -de la que hay vestigios desde el siglo IV -se modificó y con el tiempo se convirtió en una santa mujer que piadosamente secó el rostro de Jesús, camino al Calvario y como recompensa a su gesto, recibió la impresión de la Santa Faz en el sudario. El nombre de Verónica significa Vera Icona, que se puede traducir como verdadera imagen.
En esta pintura Cristo aparece en el centro de la composición, cargando la cruz y mirando hacia la Verónica que sostiene en sus manos el velo en el que ya se encuentra impreso el rostro de Cristo. Rodean a estas figuras centrales, tres soldados, uno de espaldas a la izquierda, y dos a cada lado. Están vestidos a la romana. Atrás se recorta un paisaje urbano.
Observaciones del bien mueble
En el marco lleva el número VI. Se atribuye a este autor, por formar parte de la misma serie.