Esta escena deriva de los Evangelios Apócrifos y especialmente de las Actas de Pilato posteriormente conocidas como el Evangelio de Nicodemo.
Juan al principio iba siguiendo el triste cortejo, pero luego se fue corriendo a toda prisa a dar cuenta a la Virgen de lo que pasaba, pues se encontraba ignorante de ello. Al oír la Virgen el relato, quedó transida de dolor y se fue enseguida, acompañada por Juan y por Marta, María Magdalena y Salomé, a la calle de la Amargura. Al ver la comitiva, preguntó a Juan cuál era su hijo. El se lo señaló, diciéndole que era el que llevaba la corona de espinas y las manos atadas...
En el centro de la composición aparece Cristo cargando la cruz. En el lateral izquierdo hay tres mujeres, encabezadas por la Virgen María. Un soldado que se encuentra detrás de Cristo, apoya una mano contra su espalda y con la otra hace el ademán de detener al grupo femenino. Detrás, un soldado a caballo y un paisaje urbano completan el fondo de la pintura.
Observaciones del bien mueble
En el marco lleva el número IV. Como forma parte de la misma serie, se atribuye al mismo autor.
