A pesar de la escueta información que proporcionan los evangelios sobre el momento en que Jesús fue clavado en la cruz, éste es un tema muy frecuentado por el arte cristiano. Todo es dinamismo en esta obra, no solamente por el momento, pues están clavando a Cristo en la cruz, quien está vivo y ladea la cabeza para no ver a sus torturadores, sino también por el planteamiento espacial de las figuras. Los tres sayones tienen posturas diferentes de gran movimiento e interesante relación con la diagonal de la cruz. En sucesión de planos de profundidad, soldados romanos primero y la Virgen con san Juan y otros personajes después, completan la zona de tierra, cediendo lugar a un cielo tormentoso.
Observaciones del bien mueble
En la parte superior del marco lleva el No. XI. Se le atribuye a Chovet por ser parte de la misma serie.