Imagen principal
Clave del bien mueble
MX-SC-DGSMPC-BM-000381-000018-000
Número de Cédula
18
Tipo de objeto (texto)
Escultura
Tipo de objeto
Nombre o título del objeto
San Antonio de Padua
Estudio Monográfico
Nombre del Inmueble
Santa Clara
Autor
Anónimo
Época
ss. XVII
Siglo de creación
Descripción del bien mueble
Escultura de un hombre vestido con hábito franciscano decorado con hoja de oro, esgrafiado y policromado con diseños fitomorfos en rojo y verde. Con la mano izquierda, sostiene un libro y carga al Niño Jesús vestido de rosa decorado con flores en hoja de oro; con la mano izquierda sostiene una esfera azul y con la derecha bendice con dos dedos al santo, identificado como San Antonio de Padua. La escultura es de gran calidad, de estilo barroco en donde las formas aunque moderadas, están llenas de vigor y de carácter, estas se mantienen dentro de las órdenes y proporciones clásicas del siglo XVI, pero el manejo del estofado y encarnaciones habla de un perfeccionamiento en estas técnicas. Las encarnaciones están bien pulimentadas, no parece tener ojos de vidrio, recurso empleado en las esculturas de finales del siglo XVII y XVIII, el estofado presenta la técnica de picado de lustre o punzonado que consiste en poner puntos incisos sobre la superficie del oro con el fin de incrementar la luminosidad del mismo, en este caso el diseño del punzonado es floral. Sobre la hoja de oro la escultura se encuentra policromada, con colores lisos, rojos, azules y verdes principalmente formando una decoración con motivos florales. Otra técnica decorativa presente en esta escultura es la del esgrafiado que consiste en aplicar sobre la lámina de oro o plata el color cubriente y una vez seco con la ayuda de un palillo de madera eliminar la pintura para dejar ver el diseño con el oro que queda abajo, con esto simulaban los hilos de oro de los brocados, encajes o decoraciones florales. La escultura estaba en esta época supeditada a la arquitectura y siempre tenía un fin didáctico. San Antonio nació en Lisboa el 15 de agosto de 1195, con el nombre de Fernando de Bulhões, en el seno de una familia de la aristocracia descendiente del cruzado Godofredo de Bouillón, y murió en Padua el 13 de junio de 1231. Fue canonizado en 1232. Fernando ingresó en la abadía agustina de San Vicente en las afueras de Lisboa. Los monjes de la orden de San Agustín, de la cual él era miembro, eran famosos por su dedicación a los estudios. En el verano de 1220 cambió de orden y se hizo franciscano. En ese momento adoptó el nombre de Antonio en honor de san Antonio Abad a quien estaba dedicada la ermita franciscana en la que él residía. En la fiesta de Pentecostés de 1221 miles de frailes (Antonio entre ellos) se congregaron en Asís, episodio que ha pasado a la historia como el Capítulo de las Esteras ya que muchos de los frailes ahí reunidos tuvieron que dormir en esteras. Este Capítulo General tuvo por tema un versículo del Salmo 143: "Bendito sea el Señor mi Dios que adiestra mis manos para la batalla" y estuvo presidido por el cardenal Raniero Capocci en ausencia del patrón de la orden, el cardenal Ugolino dei Conti di Segni, quien sería luego el Papa Gregorio IX. Una vez concluida la reunión, el provincial de Bolonia, Fray Graziano lo envió a una pequeña ermita en las montañas del pueblo de Montepaolo para que sirviera como sacerdote. Durante este período comienza su carrera como predicador viajando por todo el norte de Italia y el sur de Francia contra las herejías. Conocido en aquel entonces como "Doctor Evangélico", escribió sermones para todas las fiestas del año. Su obra escrita son los Sermones en latín. Lo enviaron a la Romaña, provincia del sur de Italia cuya capital era Ravena y que estaba infectada de herejes cátaros. Antonio empezó a luchar contra ellos aprovechando el inmenso caudal de ciencia que había adquirido en sus años de soledad y las reservas de fervor que había acumulado en sus años de oración. En Rímini los herejes impedían que el pueblo acudiera a sus sermones. Entonces acudió al milagro. Se fue a la orilla del mar y empezó a gritar: "Oigan la palabra de Dios, Uds. los pececillos del mar, ya que los pecadores de la tierra no la quieren escuchar". A su llamado acudieron miles y miles de peces que sacudían la cabeza en señal de aprobación. Aquel milagro conmovió a la ciudad y los herejes tuvieron que ceder. Cierto día un descreído pidió al santo que le probara con un milagro que Jesús sí está en la Santa Hostia. El hombre aquel dejó a su mula tres días sin comer, y luego cuando la trajo a la puerta del templo le presentó un bulto de pasto fresco y al otro lado a San Antonio con una Santa Hostia. La mula dejó el pasto y se fue ante la Santa Hostia y se arrodilló. Se le representa como fraile franciscano, compañero de San Francisco de Asís, predicador, taumaturgo y doctor de la Iglesia. Viste hábito de su orden y tiene varios atributos: libro, pluma, lirio de pureza, llama del amor divino o corazón inflamado; pero su representación peculiar es aquella en que tiene entre sus brazos al Niño Jesús, en presencia algunas veces de la Virgen María que se lo entrega.
Observaciones del bien mueble
En la parte superior del nicho se observa la inscripción: SAN ANTONIO.
Materiales constitutivos
Madera, Pintura, Hoja de Oro
Técnica de manufactura
Tallada, Policromada, Estofada
Alto 1
0.7
Ancho 1
0.4
Profundidad 1
0.3