Virgen de la Soledad

Descripción del bien mueble

Escultura para vestir que representa a la Virgen María en su advocación de la Virgen de la Soledad. Observamos a la Virgen representada como una mujer joven, porta una aureola de rayos, elaborada en latón, sobre la cabeza, la cual tiene inclinada hacia abajo. En su rostro se refleja tristeza y en las mejillas observamos aplicaciones de vidrio simbolizando las lágrimas derramadas. Tiene las manos entrelazadas. Viste ropa de tela negra, bordada con hilo de oro. La escultura se ubica en el retablo lateral izquierdo de la nave del templo, está protegida con un vidrio puede o no ser una escultura para vestir. La iconografía de la Virgen María en relación a la pasión de su hijo Jesucristo es variada: Virgen de las Amargura, La Dolorosa, Virgen de las Angustias, La piedad y Virgen de la Soledad. La Amargura es una composición en la que iconográficamente debe aparece con san Juan en el paso, escenificando su caminar por la Vía Dolorosa al encuentro de su Hijo que el discípulo predilecto le señala con el dedo. La Dolorosa es una Virgen en el Calvario, presenciando el suplicio y muerte de su Hijo. En este modelo iconográfico la Virgen puede aparecer con más figuras y asimismo puede o no ir bajo palio. La Virgen lleva pañuelo para secar sus lágrimas y puñal en el pecho. Esta devoción a los dolores de la Virgen tiene sus raíces en la época medieval y fue especialmente propagado por la Orden servita, fundada en 1233. También hay varias imágenes con la advocación de Dolores o Mayor Dolor que salen en las procesiones de Semana Santa, en España pero también como tradición heredada en el Nuevo Continente. La Quinta Angustia representa el momento del descendimiento de la cruz para ser colocado el cuerpo del Hijo en el regazo de la madre. La Piedad que es el momento en que la Virgen tiene a Cristo muerto en su regazo. La más universal es la que cinceló Miguel Ángel para el Vaticano. La Virgen Afligida es la de la traslación al Sepulcro y por último la Soledad, sola al pie de la cruz. Considerada durante la época colonial una de las fiestas religiosas más importantes durante dicho periodo, el culto a la Virgen de la Soledad, adquirió características propias, de tal manera que hasta el vestuario se conformó con elementos locales, que permiten identificar las regiones a donde se ha extendido el culto.